Ninguno
Sabes lo que se siente cuando el estrés empieza a infectarte desde fuera hacia dentro: puedes ponerte tenso, te puede doler el estómago o incluso puedes sentirte totalmente entumecido. Una de las medidas más útiles que puedes tomar en ese momento es hacer una pausa, evaluar tu estado mental y salir de un estado de ansiedad exacerbado para volver a una base de calma y claridad mental. En su libro Stress Less: Stop Stressing, Start Living, la entrenadora de mentalidad y profesora de yoga Kate Hanley ofrece 100 sencillos ejercicios de atención plena para ayudarte a hacer precisamente eso. Compartimos ocho de nuestros favoritos a continuación.
Inhala Calma, Exhala Estrés
Esta es una forma en que tu respiración puede venir a tu rescate. Pruebe esto: Mientras inhalas, imagina que la calma impregna cada célula de tu cuerpo, llevada por tu respiración. Al exhalar, visualiza que cada pizca de angustia que tienes es extraída de tu cuerpo, donde puede evaporarse en el aire. Repítalo tantas veces como quiera, pero sepa que incluso una de estas respiraciones -realizada con intención- puede crear un cambio notable.
Sólo una pregunta
El estrés puede hacer que todo parezca urgente, lo que dificulta la decisión de qué hacer a continuación. Salga del torbellino sentándose el tiempo suficiente para respirar profundamente, inhalando y exhalando. A continuación, pregúntate: ¿Qué es lo que más necesito en este momento? Sea cual sea la respuesta que surja, resiste el impulso de cuestionarla o descartarla. En lugar de ello, acéptela lo mejor que pueda en este momento concreto. Preguntar te ayuda a ver que sabes más de lo que necesitas en cada momento de lo que crees.
Observa las nubes
Las nubes están casi siempre presentes, pero siempre cambian, igual que tus pensamientos. Por lo tanto, observar las nubes puede ser una buena manera de desarrollar cierta objetividad sobre la naturaleza de tus pensamientos. Dedica cinco minutos a observar el cielo y fíjate en lo que te recuerdan las formas de las nubes, a ver si detectas movimientos o cambios de aspecto. Al igual que un enorme banco de nubes grises se convertirá inevitablemente en un cielo azul, o una nube con forma de conejo se transformará en un cucurucho de helado, tu patrón de pensamiento actual también se transformará.
Haz algo que has estado evitando
La resistencia crea estrés, del mismo modo que arrastrar un ancla detrás de un barco crea resistencia.
¿Qué puedes hacer hoy que has estado posponiendo? ¿Puedes hacer esa llamada telefónica, pagar esa factura o hacer ese recado?
No se trata de hacer algo para tacharlo de la lista. Se trata de desahogar tu mente. Hacer algo que te ha estado dando la lata significa que puedes terminar con ello.
Prepárate para disfrutar de una oleada de energía que luego podrás utilizar en algo que sí quieras hacer.
Dígase a sí mismo algo amable
Hay una razón por la que la atención plena y la meditación nos enseñan a separarnos de nuestros pensamientos, ya que muchos de ellos son autodirigidos y francamente mezquinos.
Rompa el ciclo de la autoconversación negativa pensando en una cosa agradable y verdadera sobre usted, como: Tengo un gran corazón. Hago lo mejor que puedo y mejoro un poco cada día. Soy tan adorable.
Durante el resto del día, repítelo en silencio cada vez que notes que tus pensamientos se desvían en una dirección autocrítica, o cuando simplemente quieras un pequeño empujón.
Encuentra una piedra de toque
Sabes que un día en la playa o una excursión por la montaña te hacen sentir con los pies en la tierra, tranquilo y contento. Aunque no puedas sumergirte en entornos naturales todos los días, puedes mantenerte en contacto.
Guarda una piedra en tu bolsillo o en el compartimento del cambio de tu cartera. Utiliza una hermosa hoja roja como marcapáginas. Convierte una concha marina en un pisapapeles. Así siempre tendrá un recordatorio de que hay un gran y hermoso mundo justo fuera, un pensamiento útil siempre que sus problemas se sientan demasiado grandes.
Consulte a su instinto
La mayoría de nosotros tenemos voces poco útiles en nuestra cabeza (o que salen de la boca de familiares o amigos) que cuestionan cada una de nuestras decisiones. Sin embargo, cada uno de nosotros -incluido tú- tiene una voz sabia en su interior. Piensa en ella como en tu Yoda interior: es conocedora y compasiva, y siempre sabe cuál es el mejor paso siguiente.
Cada vez que tengas que tomar una decisión, invita a tu sabiduría interna a intervenir respondiendo a esta pregunta: Si no hubiera una elección incorrecta, la opción que me parece más correcta y verdadera es _________________________.
Centrate en lo que está bien
Rápido, nombra tres cosas que están pasando bien en este momento. Quizá estés sentado en un lugar cómodo, el sol brilla y tu mascota está acurrucada cerca. Este es un ejercicio que puedes hacer en cualquier momento que notes que tus niveles de estrés aumentan, porque permitirte ver lo que está justo delante de ti, ahora mismo, te ayuda a mantenerte conectado a tierra en este momento. Y qué alivio es eso!