Frescas, congeladas o incluso enlatadas (y enjuagadas), muchas verduras destacan por su calidad nutricional. Repletas de nutrientes y fibra y con pocas calorías, las verduras deberían formar parte de la dieta diaria de todo bebé. Las investigaciones demuestran que cuando se expone al bebé a las verduras de forma temprana y frecuente, aumenta su predisposición a que le gusten. No tenga miedo de servir las verduras con sabor (mantequilla, aceite de oliva o especias), ya que esto puede aumentar la aceptación y añadir las calorías necesarias para el crecimiento y el desarrollo.
Aquí tiene cinco verduras favoritas para introducir al bebé:
La batata: puede introducir la batata entre los 4 y los 6 meses de edad. Los boniatos están repletos de nutrientes, como las vitaminas A, C y B6, así como hierro, tiamina, potasio y fósforo, entre otros. Sí, una verdadera fuente de nutrientes para el bebé, pero con otras ventajas: el boniato se adapta bien al primer año de alimentación. Es fácil de hacer puré, de triturar con un tenedor, de hervir o de asar, lo que facilita que el bebé lo coma con una cuchara, e incluso que se alimente por sí mismo cuando sea mayor (¡piensa en las patatas fritas de boniato!).
Los guisantes: los guisantes verdes son una obviedad para los bebés de 4 a 6 meses. Son un ejemplo de nutrientes, con vitaminas A, C, K, B1 (tiamina), B2 (riboflavina), ácido fólico, hierro y zinc, por nombrar algunos. Si los sirves para la cena familiar, ponlos en la batidora y hazlos puré. Recuerda que las verduras frescas cocidas y hechas puré tienen un sabor fresco que le gustará al bebé. Los guisantes verdes congelados también son estupendos para los bebés más mayores que tienen un agarre de pinza activo.
Frijoles verdes: introduzca los frijoles verdes entre los 4 y los 6 meses. Las judías verdes tienen un sabor suave que los bebés suelen aceptar. Aunque pensamos en las judías verdes en tarro y en puré del supermercado, es fácil cocinarlas con un poco de caldo de pollo, mantequilla o aceite de oliva para darles sabor y hacerlas puré en la batidora, sobre todo si se comen en familia. A medida que el bebé crezca, cuézalos al vapor y deja que coma una judía cada vez.
Brócoli-El brócoli puede ofrecerse entre los 6 y los 8 meses y es una gran fuente de vitaminas A, C y K, así como de potasio, fósforo y magnesio (¡y mucho más!). No tengas miedo de diversificar el sabor al cocinar cualquier verdura. Si puedes, utiliza salsa de soja, ajo, sal, caldo de verduras o especias, ya que así expones el paladar de tu bebé a una mayor variedad de sabores. Algunos bebés pueden seguir con el puré, pero lo más probable es que a esta edad aumente la textura: utilice un tenedor para aplastar el brócoli y conseguir una consistencia más gruesa y con grumos.
Calabaza de invierno (butternut, spaghetti, bellota, calabaza)-¡Lo mejor de la calabaza de invierno es la variedad! Puedes introducir cualquier calabaza de invierno entre los 6 y los 8 meses, y le estarás dando al bebé nutrientes importantes como vitaminas A, C, folato, potasio y manganeso. Estas calabazas son fáciles de hacer puré para alimentarlas con la cuchara, de machacarlas con el tenedor para que adquieran textura y de cortarlas en dados pequeños para que se alimenten solas desde el principio.
Revisado por la Dra. Sara Connolly, septiembre de 2020
Lo que hay que tener en cuenta
- Introduzca desde el principio verduras repletas de nutrientes y rote con una variedad de ellas para exponer al bebé a diferentes sabores y nutrientes.
- Adapte la consistencia de las verduras a la etapa de alimentación del bebé (en puré, trituradas con tenedor, picadas, etc.).
- Agregue especias, ajo y otros sabores a las verduras para mejorar su perfil de sabor y su aceptación.