La definición oficial de octanaje es: la medida de la capacidad de un combustible para resistir el «golpeteo» o «ping» durante la combustión, causado por la detonación prematura de la mezcla de aire y combustible en el motor.
En el surtidor de gasolina de abajo aparecen tres números que representan el octanaje del combustible.
La mayoría de los vehículos están diseñados para funcionar con 87 octanos, pero otros requieren un combustible de mayor octanaje. Por ejemplo, el Honda Civic 2016 requiere un combustible con un octanaje mínimo de 87 mientras que un vehículo de alto rendimiento como el Mercedes-Benz E350 2016 requiere al menos 91 octanos.
La mejor manera de saber qué tipo de octanaje necesita tu coche se detalla en el manual del propietario, o en una etiqueta en el interior de la tapa del depósito. En algunos vehículos, se indica cerca del indicador de combustible en el tablero.
El Departamento de Energía afirma que: «Los combustibles de mayor octanaje son a menudo necesarios o recomendados para los motores que utilizan una relación de compresión más alta y/o utilizan la sobrealimentación o la turboalimentación para forzar más aire en el motor. El aumento de la presión en el cilindro permite al motor extraer más energía mecánica de una determinada mezcla de aire y combustible, pero requiere un combustible de mayor octanaje para evitar la predetonación de la mezcla. En estos motores, el combustible de alto octanaje mejorará el rendimiento y el ahorro de combustible».
A las compañías petroleras les gustaba utilizar potenciadores de octanaje sintéticos a base de petróleo llamados aromáticos. Aunque estos aromáticos hacen que el octanaje aumente, a menudo son perjudiciales para el medio ambiente. Uno de ellos era el MTBE, que acabó prohibiéndose debido a su contenido tóxico.
Según el informe Urban Air Toxics de la EPA presentado al Congreso, los aromáticos actuales, como el benceno, el tolueno, el etilbenceno y el xileno, tienen emisiones cancerígenas, ya que emiten partículas e hidrocarburos aromáticos que pueden dañar los sistemas inmunológico, respiratorio, neurológico, reproductivo y de desarrollo. Y, por si fuera poco, los aromáticos son caros de producir y aumentan el coste del combustible. Realmente es una pérdida para la mayoría.
Aquí es donde entra el etanol.
En términos de su octanaje, el etanol tiene un índice de 113. Como se ha mencionado anteriormente, los combustibles con un octanaje más alto reducen el golpeteo del motor y tienen un mejor rendimiento. Además, casi toda la gasolina en Estados Unidos contiene un 10 por ciento de etanol. Cuando se mezcla un 10% de etanol de 113 octanos con gasolina de 85 octanos, el octanaje aumenta dos puntos hasta los 87 octanos normales que utilizan la mayoría de los consumidores. Por tanto, cuanto mayor sea el contenido de etanol, mayor será el octanaje. El octanaje del E15 (15% de etanol) es de 88 octanos y el del E85 (85% de etanol) es de 108 octanos.
Además, como afirma el Laboratorio Nacional de Argonne, el etanol reduce las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 34 y un 44% en comparación con la gasolina.
Además, como el etanol es más barato que esos aromáticos sintéticos, la gasolina mezclada con etanol reduce el precio en el surtidor. Como se detalla en un estudio publicado a principios de este año por la Universidad de Illinois, el etanol es entre 35 céntimos y 1 dólar más barato que el benceno, el tolueno y el xileno.
En otras palabras, los consumidores no sólo ahorran en el surtidor, sino que consiguen que sus vehículos funcionen sin problemas mientras reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Una solución en la que todos ganan.
De cara al futuro, a medida que los fabricantes de automóviles aumenten el número de modelos equipados con motores de alta compresión para maximizar el rendimiento y la eficiencia, se necesitarán combustibles de mayor octanaje y el etanol está llamado a desempeñar un papel crucial.
El Laboratorio Nacional de Oak Ridge, el Laboratorio Nacional de Argonne y el Laboratorio Nacional de Energías Renovables descubrieron recientemente que la eficiencia de los vehículos aumentaría un 5 por ciento con el E25 y un 10 por ciento con el E40, lo que convierte a las mezclas de etanol de nivel medio en el combustible óptimo para los coches del futuro.