Los viajes a las Galápagos, las trayectorias profesionales fallidas y la teoría que lo cambió todo: 12 datos extraños y maravillosos sobre Charles Darwin
No fue la primera persona en pisar las islas, pero Charles Darwin las llevó a la escena mundial como resultado de sus viajes a las Galápagos y los descubrimientos pioneros que le inspirarían. Desde sus mareos hasta su extraña aversión a las iguanas marinas, he aquí todo lo que hay que saber sobre el hombre al que se atribuye la teoría de la evolución.
1. Charles Darwin nació el 12 de febrero de 1809, 22 años antes de emprender sus legendarios viajes a las Galápagos. Se crió en un hogar cristiano, aunque con una mentalidad abierta: sus abuelos eran el activista antiesclavista Josiah Wedgewood y el controvertido médico y teórico de la biología Erasmus Darwin, que escribió en su libro de 1794 «Zoonomia»: «¿Sería demasiado atrevido imaginar que todos los animales de sangre caliente han surgido de un solo filamento viviente?»
2. Darwin estudió medicina en la Universidad de Edimburgo, pero no se adaptó a ella: en esta época anterior a la anestesia, la cirugía sangrienta no era para los pusilánimes.
«Una ley general, que conduce al progreso de todos los seres orgánicos, a saber: multiplícate, varía, deja que el más fuerte viva y el más débil muera.»
Charles Darwin, Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural
3. Siguió otra carrera fallida en el clero: a los 18 años estudió Divinidad en la Universidad de Cambridge, aunque pasó gran parte de su tiempo allí recogiendo escarabajos y caminando por el campo, una práctica que le prepararía para sus próximos viajes a las Galápagos.
4. Un «caballero naturalista» fue como lo describió su tutor cuando le recomendó que se uniera a un viaje por el mundo en el HMS Beagle. El viaje duró cinco años, recorrió cuatro continentes y permitió a Darwin investigar especímenes y geología. No disfrutó de la vida marítima, y escribió: «La miseria que soporté por el mareo está más allá de lo que jamás imaginé»
«He afirmado que en las trece especies de pinzones terrestres puede trazarse una gradación casi perfecta, desde un pico extraordinariamente grueso hasta uno tan fino que puede compararse con el de una curruca»
Charles Darwin, Viaje del Beagle
5. Era 1835 cuando el HMS Beagle llegó a las islas Galápagos, donde Darwin y la tripulación pasarían cinco semanas. Visitó las islas Chatham (actual San Cristóbal), Charles (actual Floreana), Albemarle (actual Isabela) y James (actual Santiago), islas que ahora personas de todo el mundo pueden visitar en sus propios tours por las Galápagos.
6. Quedó cautivado por los pinzones, las tortugas gigantes y los sinsontes, observándolos y reflexionando sobre ellos, un proceso que desembocaría en sus posteriores teorías. Su fascinación por las aves más emblemáticas de las Galápagos y sus primeras observaciones siguen influyendo en su pensamiento actual: en Beak of the Finch: A Story of Evolution in our Time, Jonathan Weiner esboza los estudios actuales sobre el pinzón, en concreto el de los biólogos evolutivos Peter y Rosemary Grants, que han observado a los pinzones durante los últimos 20 años y los han visto «evolucionar» y «adaptarse» a un ritmo extraordinario, reforzando las teorías de Darwin.
«La historia natural de este archipiélago es muy notable: parece ser un pequeño mundo dentro de sí mismo»
Charles Darwin, Diario de investigaciones
7. La idea de la «Selección Natural» se formó en la mente de Darwin al regresar de su viaje a las Galápagos, y comenzó a escribir sus nuevas teorías en flor. Pero las compartió con poca gente; en su lugar publicó una crónica de gran éxito sobre sus aventuras en los mares, El viaje del «Beagle».
«A la tortuga le gusta mucho el agua, bebiendo grandes cantidades y revolcándose en el barro… Cuando la tortuga llega al manantial, sin tener en cuenta a ningún espectador, entierra su cabeza en el agua por encima de sus ojos, y traga con avidez grandes bocados, a razón de unos diez en un minuto.»
Charles Darwin, The Voyage of ‘The Beagle’
8. En el libro, relató un experimento que había realizado con una iguana marina durante su viaje a las Galápagos: «Un día llevé una a un estanque profundo dejado por la marea que se retiraba, y la lancé varias veces tan lejos como pude. Invariablemente regresó en línea directa al lugar donde me paré…. En cuanto creía que el peligro había pasado, se arrastraba por las rocas secas y se alejaba tan rápido como podía. Varias veces atrapé esta misma lagartija… y aunque poseía tan perfectas facultades para bucear y nadar, nada la inducía a entrar en el agua, y tantas veces como la arrojaba, regresaba…»
9. Darwin no publicó sus descubrimientos durante dos décadas antes de darlos a conocer al mundo, y más tarde dijo que escribir su libro El origen de las especies fue «como confesar un asesinato». Lo que le impulsó a publicar finalmente los cientos de miles de palabras que había escrito sobre la evolución fue una carta de Alfred Russel Wallace, un viajero influido por el relato de Darwin sobre su aventura en el Beagle que emprendió su propio viaje, y que había llegado a sus propias conclusiones sobre la teoría de la evolución. ¿Se le adelantaría Darwin y publicaría sus propias conclusiones antes de que su admirador regresara a casa?
10. Al final, Darwin publicó su revolucionaria teoría en julio de 1858, dando crédito a Wallace en el documento. Un año después, publicó El origen de las especies por medio de la selección natural, un proceso que comparó con «vivir en el infierno», ya que se preguntaba si sería condenado al ostracismo como lo había sido su abuelo Erasmus.
«es una criatura de aspecto horrible, de color negro sucio, estúpida y perezosa en sus movimientos»
Charles Darwin, Viaje del Beagle
11. Los estudios de Darwin le llevaron a preocuparse por la costumbre de los matrimonios entre primos, y temía que la endogamia fuera la causa de los problemas de salud. Él mismo se había casado con su prima Emma, y de sus diez hijos, tres se habían perdido por enfermedades. Presionó para que se incluyera una pregunta sobre el tema en el censo de 1871, pero fue rechazada. La monarca de la época, la reina Victoria, estaba casada con su prima.
12. En una biografía revisionista, Charles Darwin: Victorian Mythmaker, el historiador A.N. Wilson afirma que Darwin era un monstruo egoísta capaz de matar al gato de su propia hija en pos de su trabajo, que copiaba habitualmente las ideas de otros y que instaló un retrete en un rincón de su estudio.
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