Balanitis

Dentro de esta categoría, la balanitis candidiásica es la más habitual (30% de los casos). Según Páez y Arroyo, «el aspecto del prepucio y del glande (intensamente enrojecidos y dolorosos, con pequeñas pápulas y pústulas, y, ocasionalmente, con secreción blanquecina) ofrece pocas dudas al observador habituado al diagnóstico. Con carácter general, el tratamiento tópico de las balanitis infecciosas suele ser efectivo. Las soluciones a base de sulfatos de zinc, aluminiopotasio y cobre tienen una interesante acción higienizante y secante sobre la piel, y son de utilidad; en combinación con las cremas o pomadas de antifúngicos y antibióticos, suelen ser tratamientos suficientes para controlar los casos estándar. Sin embargo, en ocasiones puede ser necesario el tratamiento con pastillas. No debe olvidarse el tratamiento de la pareja sexual. De modo global, la curación de la balanitis es la norma».

Balanitis por bacterias

Romero señala que puede deberse a dos tipos de gérmenes:

  • Balanitis por anaerobios: producen supuración maloliente y edema del glande.
  • Balanitis por aerobios: los síntomas son muy variables dependiendo del agente causal, pudiendo generar desde un pequeño enrojecimiento del glande hasta la aparición de fisuras y edema en este.

Balanitis por herpes

Los síntomas de este tipo de balanitis varían:

  • Primoinfección: tras un periodo de incubación de entre dos y 14 días, aparecen úlceras que pasan a costras en unos diez días. Además, suele acompañarse de inflamación de los ganglios inguinales.
  • Primer episodio no primario: el área afectada es más limitada y el tiempo de curación es más rápido.
  • Infecciones recurrentes: los síntomas son menos intensos que en las dos formas anteriores. Las lesiones aparecen en el mismo sitio que en el primer episodio, pero con menor extensión.

Balanitis inflamatorias

«Entre las balanitis inflamatorias, la balanitis xerótica obliterante (un proceso que produce una apariencia de sequedad en la piel prepucial y del glande, de ahí el término de xerótica) culmina con frecuencia en la pérdida definitiva de la elasticidad de la piel prepucial, y en la oclusión (obliteración) del orificio uretral. La falta de elasticidad del prepucio condiciona la aparición de grietas y la exposición del glande se complica. La higiene y el tratamiento local resultan muy difíciles. En esas circunstancias, el proceso entra en un círculo vicioso del que solo es posible salir mediante la circuncisión. En general, la edad de comienzo de la enfermedad son los 40 años». Así lo explican Páez y Arroyo.

Liquen escleroso

Tal y como explica el miembro de la AEU, la lesión típica son placas blanquecinas en el glande que, en ocasiones, afectan también al prepucio. Pueden existir vesículas hemorrágicas y, menos frecuentemente, ampollas y ulceraciones. La afectación de la piel que produce el liquen escleroso puede producir un estrechamiento del prepucio, apareciendo así fimosis.

Balanitis circinada

Este tipo de balanitis puede estar asociado a otras patologías como el síndrome de Reiter o la artritis reactiva.

Lesiones premalignas (eritroplasia de Queyrat y enfermedad de Bowen)

Estas lesiones están asociadas a un riesgo elevado de evolucionar hacia un cáncer invasivo. Se estima en torno al 30% en la eritroplasia de Queyrat y un 20% en la enfermedad de Bowen.

Balanitis de Zoon

Se presenta especialmente en los varones de avanzada edad que no llevan un correcto hábito higiénico. Aparecen lesiones de color rojizo-anaranjado con los bordes delimitados.

Balanitis por irritantes (alérgicas)

La forma de presentación es muy variable.

Fármacos (eritema fijo medicamentoso)

La erupción se presenta a las 24-48 horas de haber administrado el fármaco concreto.

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