La narración de Mateo del Sermón de la Montaña (Mateo 5:1-2) continúa cuando Jesús vuelve a tratar el tema de la oración. En lugar de proporcionar un modelo de oración esta vez, Jesús describe la actitud a través de la cual los hijos de Dios deben llevar sus peticiones a Él. Esta afirmación también habla de la voluntad de Dios de responder a quienes lo buscan sinceramente (Romanos 1:20; Salmo 19:1; Mateo 7:8).
Los estudiosos creen que la redacción aquí podría sugerir una intensidad creciente. Podría tratarse de una disposición poética, en la que «pedir» significa una única petición, «buscar» se refiere a algo más persistente, y «llamar» implica una profunda persistencia. Eso implicaría algo así como «pedir, volver a pedir y seguir pidiendo». Los verbos griegos aquí están en una forma que implica una acción constante: Jesús está diciendo que debemos «seguir pidiendo… buscando… llamando».
El corazón del punto de Jesús es que Dios está escuchando, prestando atención a su pueblo, y listo para darles buenos regalos. ¡Qué verdad tan extraordinaria! El Dios de toda la creación se preocupa tan profundamente por sus hijos que los escucha cuando oran. Y aún mejor: Él responde. Esto también se refiere a los que tienen dudas y preguntas sobre la fe. Los que carecen de fe, pero buscan la verdad, la encontrarán en Cristo (Marcos 9:24; Juan 14:6).
Como Dios escucha y ama, Jesús dice a sus oyentes que pidan, busquen y llamen. Cuando pidan, se les dará. Cuando busquen, encontrarán. Cuando llamen, se abrirá la puerta adecuada. Jesús ordena a sus seguidores que traigan sus peticiones, que busquen respuestas y que pidan que se les deje entrar en la presencia de Dios. En lugar de poner límites y condiciones a estas promesas, Jesús es aún más amplio en el siguiente versículo.
Sin embargo, Jesús seguirá aclarando que estas promesas no son un medio para manipular a Dios. La oración nunca se presenta en las Escrituras como un medio para salirnos con la nuestra, como si Él fuera simplemente magia o un sistema para tener éxito. Por el contrario, estos versículos son una invitación a interactuar con un Padre generoso que ama escuchar las oraciones de su pueblo.