Jueves, 21 de junio de 2018 (HealthDay News) — ¿Podría una vacuna de principios del siglo XX ser la clave para prevenir las complicaciones graves de la diabetes? Tal vez, dicen los investigadores de la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts.
Un poco más de tres años después de recibir dos vacunas contra la tuberculosis con cuatro semanas de diferencia, alrededor de 50 personas con diabetes tipo 1 vieron que sus niveles de azúcar en la sangre promedio a largo plazo disminuyeron significativamente, y durante al menos cinco años.
«La norma de oro en el tratamiento de la diabetes es reducir el azúcar en sangre. Bajar el azúcar en sangre cambia la calidad de vida y reduce el riesgo de complicaciones», dijo la autora principal del estudio, la doctora Denise Faustman.
«Al cabo de 3,5 años, observamos un descenso bastante acusado del azúcar en sangre hasta casi lo normal, y se mantuvo», dijo Faustman, directora del laboratorio de inmunobiología del Mass General.
«No pretendemos que nadie se libere de la insulina, pero redujimos la media de azúcar en sangre en más de un 10% de forma constante durante más de cinco años. Y es asequible», añadió.
Además, las personas que participaron en el estudio eran adultos con diabetes tipo 1 de larga duración, durante al menos 10 años, dijo Faustman.
La vacuna cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. Se conoce oficialmente como la vacuna del bacilo de Calmette-Guerin (BCG). Se ha utilizado contra la tuberculosis durante unos 100 años, dijo Faustman.
Los investigadores utilizaron una medida llamada hemoglobina A1C que estima los niveles de azúcar en sangre durante dos o tres meses. Para prevenir complicaciones, la Asociación Americana de la Diabetes recomienda a la mayoría de las personas sanas mantener la A1C en un 7 por ciento o menos.
El brazo de tratamiento del estudio se centró en 12 personas con diabetes de tipo 1: nueve fueron colocadas en el grupo de BCG, mientras que otras tres recibieron un placebo. Al inicio del estudio, la media de A1C del grupo de la vacuna era de 7,4. Al final del quinto año era de 6,2, y al final del octavo era de 6,7. En el grupo de placebo, no hubo ninguna mejora en la A1C, dijeron los autores del estudio.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune. Eso significa que el sistema inmunitario del organismo ataca por error una parte sana del cuerpo. En la diabetes de tipo 1, el sistema inmunitario ataca a las células beta del páncreas que producen insulina. Las personas que padecen esta enfermedad deben administrarse insulina mediante inyecciones o a través de un pequeño tubo insertado en la piel y conectado a una bomba de insulina.