Nueva York (AP) – El número y la tasa de abortos en todo Estados Unidos han caído a sus niveles más bajos desde que el procedimiento se legalizó en todo el país en 1973, según nuevas cifras publicadas el miércoles.
El informe del Instituto Guttmacher, un grupo de investigación que apoya el derecho al aborto, contabilizó 862.000 abortos en Estados Unidos en 2017. Esa cifra es inferior a los 926.000 contabilizados en el informe anterior del grupo para 2014, y a los poco más de un millón contabilizados para 2011.
Guttmacher es la única entidad que se esfuerza por contabilizar todos los abortos en Estados Unidos, haciendo consultas a proveedores individuales. Los datos federales compilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades excluyen a California, Maryland y New Hampshire.
El nuevo informe ilustra que los abortos están disminuyendo en todas las partes del país, ya sea en los estados controlados por los republicanos que buscan restringir el acceso al aborto o en los estados gobernados por los demócratas que protegen el derecho al aborto. Entre 2011 y 2017, las tasas de aborto aumentaron solo en cinco estados y en el Distrito de Columbia.
Una de las razones del descenso de los abortos es que hay menos mujeres que se quedan embarazadas. El Instituto Guttmacher señaló que la tasa de natalidad, así como la tasa de aborto, disminuyó durante los años cubiertos por el nuevo informe. Un factor probable, según el informe, es el aumento de la accesibilidad a los anticonceptivos desde 2011, ya que la Ley de Cuidado de Salud Asequible requirió que la mayoría de los planes de seguro de salud privados cubrieran los anticonceptivos sin costos de bolsillo.
Según el informe, la tasa de aborto de 2017 fue de 13,5 abortos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años, la tasa más baja desde la decisión del Tribunal Supremo de 1973 en el caso Roe vs. Wade, que legalizó el aborto. Tras esa sentencia, el número de abortos en Estados Unidos aumentó de forma constante, alcanzando un máximo de 1,6 millones en 1990, antes de iniciar un descenso constante que aún continúa. La tasa de aborto es ahora menos de la mitad de lo que era en 1990.
Guttmacher señaló que casi 400 leyes estatales que restringen el acceso al aborto se promulgaron entre 2011 y 2017, pero dijo que estas leyes no eran la fuerza principal detrás de la disminución general de los abortos. Dijo que el 57% de la disminución a nivel nacional se produjo en los 18 estados, más el Distrito de Columbia, que no promulgaron ninguna nueva restricción.
Entre 2011 y 2017, el número de clínicas que proporcionan el aborto en los Estados Unidos disminuyó de 839 a 808, con importantes disparidades regionales, dijo el informe. El Sur tuvo una disminución de 50 clínicas, incluyendo 25 en Texas, y el Medio Oeste tuvo una disminución de 33 clínicas, incluyendo nueve en Iowa, Michigan y Ohio. En cambio, el noreste añadió 59 clínicas, sobre todo en Nueva Jersey y Nueva York.
Durante ese período, la tasa de aborto se redujo en Ohio en un 27% y en Texas en un 30%, pero la tasa se redujo en cantidades similares en los estados que protegieron el acceso al aborto, incluyendo California, Hawaii y New Hampshire.
Las áreas con las tasas de aborto más altas en 2017 fueron el Distrito de Columbia, Nueva Jersey, Nueva York, Maryland y Florida. Las tasas fueron más bajas en Wyoming, Dakota del Sur, Kentucky, Idaho y Missouri – muchas mujeres de esos cinco estados salen del estado para obtener abortos .
Una tendencia significativa documentada en el informe: las personas que abortan dependen cada vez más de la medicación en lugar de la cirugía. El aborto con medicamentos, que hace uso de la llamada píldora abortiva, representó el 39% de todos los abortos en 2017, frente al 29% en 2014.
El informe, que se centra en los datos de 2017, no hace una crónica de la oleada de prohibiciones radicales del aborto que se promulgaron a principios de este año en varios estados controlados por el Partido Republicano, incluyendo una prohibición casi total en Alabama y cinco proyectos de ley que prohibirían el aborto después de que se detecte el latido del corazón del feto, a partir de las seis semanas de embarazo. Ninguna de estas prohibiciones ha entrado en vigor; sus defensores esperan que los litigios sobre estas leyes puedan conducir a una sentencia del Tribunal Supremo que debilite o anule el caso Roe v. Wade.
La presidenta de Guttmacher, la Dra. Herminia Palacio, presidenta de Guttmacher, dijo que las restricciones al aborto, independientemente de si conducen a un menor número de abortos, «son coercitivas y crueles por diseño», con un impacto desproporcionado en las mujeres de bajos ingresos.
Sin embargo, la presión para endurecer las restricciones continúa. La semana pasada, Texas Right to Life y algunos grupos aliados instaron al gobernador Greg Abbott a convocar una sesión especial de la Legislatura para «abolir todos los abortos electivos que quedan» en el estado.
El informe llega en medio de la agitación del programa federal de planificación familiar, conocido como Título X. Alrededor de una de cada cinco clínicas de planificación familiar han abandonado el programa, objetando una regulación de la administración Trump que les prohíbe referir a las mujeres para abortos. Las clínicas del Título X proporcionan métodos anticonceptivos y servicios básicos de salud para mujeres de bajos ingresos.
«Si tu prioridad es reducir los abortos, una de las mejores cosas que puedes hacer es asegurarte de que las mujeres tengan acceso a métodos anticonceptivos de alta calidad, asequibles y eficaces», dijo Alina Salganicoff, directora de políticas de salud de la mujer para la Fundación Kaiser Family, que no es partidista.