Cómo dejar de decir tanto «lo siento»: 3 pasos a seguir

¿Te resulta familiar alguna de estas situaciones?

  • Empiezas un correo electrónico a tu jefe con: «Siento molestarte, pero…»
  • Un compañero deja sus papeles sobre la mesa de reuniones, tirando tu café. «¡Perdón! Deja que te quite esto de en medio», dices mientras empiezas a limpiar.

Tal vez hayas caído en esta trampa de disculparte en exceso o te hayas encontrado diciendo «lo siento» por cosas que no merecen una disculpa en primer lugar.

Es un mal hábito que puede convertirse en un acto reflejo. Este patrón de comportamiento autodestructivo no sólo puede ser agotador para usted, sino también para todos los que le rodean, incluidos sus compañeros de trabajo, su jefe y su familia.

¿Por qué nos disculpamos tanto?

Este impulso de disculparse puede tener sus raíces en la infancia. A muchas mujeres (¡y hombres!) se les enseña a mantener el valor de la cortesía. Se nos ha metido en la cabeza que ser amable equivale a ser simpático.

Disculparse en exceso puede ser el resultado de un deseo genuino de demostrar respeto. Sin embargo, puede resultar problemático cuando tenemos en demasiada estima las opiniones y reacciones de los demás. Los viejos hábitos son difíciles de erradicar y, desgraciadamente, esos intentos bienintencionados de ser deferentes pueden sabotearnos años después.

La tendencia a disculparse en exceso puede provenir de una aversión al conflicto. Pedir disculpas puede ser a veces una forma equivocada de reclamar la responsabilidad para hacer desaparecer un problema -una estrategia preventiva de mantenimiento de la paz-, independientemente de que se merezca o no la culpa en primer lugar.

Disculparse constantemente puede tener efectos secundarios negativos en su carrera, desde dar la apariencia de incompetencia hasta molestar a sus colegas y superiores con su estilo autodespreciativo. Pero el efecto secundario más perjudicial y duradero de disculparse en exceso es la forma en que corroe su imagen personal.

5 formas en que disculparse en exceso perjudica su carrera

  • Inseguridad y autodesprecio: disculparse por aparecer en la oficina de su jefe a una hora de reunión programada («Siento interrumpir. ¿Está listo para charlar?») no sólo es innecesario (su jefe aceptó ese horario, ¿verdad?), sino que puede transmitir una falta de confianza.
  • Insinceridad- Cuando alguien le miente repetidamente, deja de creer lo que esa persona dice. Se pierden las apariencias. Decir constantemente «lo siento» puede tener el mismo efecto. Las disculpas injustificadas no sólo hinchan tu discurso y restan claridad a tu mensaje, sino que diluyen el poder de la frase hasta el punto de que puede parecer poco sincera.

  • Impotencia- Si eres el único que siempre se disculpa puede significar un desequilibrio de poder, que puede erosionar la relación y tu autoestima junto con ella. Aquí es donde las mujeres se enfrentan a un doble dilema: las ejecutivas que se disculpan demasiado pueden ser consideradas demasiado tímidas y no ser tenidas en cuenta para los ascensos debido a una supuesta falta de habilidades de liderazgo. Sin embargo, al mismo tiempo pueden ser criticadas por ser agresivas si son directas.
  • Dependiendo de la validación externa – Pedir disculpas puede ser inconscientemente una forma de buscar seguridad. Cuando dice «Lo siento», ¿espera que su compañero de trabajo le diga «No hay nada de qué disculparse» o «Oh no, hizo un gran trabajo en esa presentación»? Tienes que saber lo que defiendes. Pero las personas que se disculpan en exceso tienden a centrarse en las percepciones de los demás sobre lo que está bien y lo que está mal, en lugar de en las suyas propias. Cuando esto ocurre repetidamente, tus creencias y valores personales -grandes partes de tu identidad- se ven afectados. Sin un sentido claro de tu misión personal, tu carrera puede desviarse rápidamente.

¿Te suena algo de esto? Si es así, lo más probable es que esta no sea la forma en que quieres aparecer en el lugar de trabajo, ni es un reflejo exacto de tu carácter. Es hora de recuperar tu confianza en la oficina y dejar de pedir perdón como muleta.

Cómo dejar de decir tanto «lo siento»: 3 pasos a seguir

Reflexiona sobre cómo tu infancia o desarrollo temprano puede estar contribuyendo a tu tendencia instintiva a disculparte en exceso.

Cuanto mejor entiendas cómo tu programación temprana puede estar contribuyendo a tu comportamiento, más poder tendrás para actuar y cambiar.

Investiga un poco en torno a preguntas como:

  • ¿Cuál es la primera reacción que tienes cuando alguien te dice «no»?
  • ¿Estaba prohibido en tu familia abogar por ti mismo? Cuando era más joven, ¿era aceptable hablar y compartir su opinión?
  • ¿Qué otras experiencias importantes moldearon su punto de vista con respecto a hacerse valer y respetar la autoridad, especialmente en el lugar de trabajo?

A continuación, examine los contextos en los que surge su impulso de «perdón».

Comience a identificar los desencadenantes que exacerban el comportamiento, como ciertas personas, contextos, estados de ánimo o momentos del día. Preste atención a si su tendencia a disculparse en exceso aparece con algunos compañeros de trabajo más que con otros. Por ejemplo, ese cliente insistente y exigente que pide constantemente plazos imposibles puede hacer que su estrés (y su reflejo de «disculpa») se dispare.

Empiece a sustituir las disculpas injustificadas por declaraciones precisas para comunicar su punto de vista.

Al principio, esto puede ser complicado. A menudo les digo a los clientes con los que trabajo que no hay que avergonzarse de pedir una disculpa verbal, sobre todo con la familia y los amigos. Por ejemplo, si tienes que cancelar los planes de la hora feliz con un amigo y te encuentras autodisculpándote por costumbre, contrólate y di: «Sabes, lo que realmente quería decir es… gracias por comprender. Es una semana de locos con todos estos plazos que se avecinan y te agradezco que seas flexible». Hecho. ¿No te parece mejor que soltar un «lo siento, lo siento, soy lo peor, lo sé»?

A la larga, disculparte como si fuera tu trabajo puede hacer más daño que bien a tu carrera. Tanto si su intención es como si no, disculparse en exceso puede proyectar una mala imagen ante clientes, colegas y superiores, una imagen que puede comunicar incorrectamente que su deseo de aprobación supera su autoestima. Si hablas de forma más directa y clara, podrás mostrar tus habilidades y sentirte más seguro en el proceso.

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