El mareo o vértigo es una percepción errónea del movimiento propio o del movimiento de los objetos, así como una distorsión desagradable de la orientación gravitacional estática. Está causado por un desajuste entre los sistemas vestibular, visual y somatosensorial. Gracias a su solapamiento funcional, los tres sistemas son capaces de compensar, en parte, las deficiencias de los demás. Por lo tanto, el vértigo no es una entidad de enfermedad bien definida, sino más bien un síndrome multisensorial que resulta cuando hay una disfunción patológica de cualquiera de los sistemas sensoriales estabilizadores (por ejemplo, trastornos vestibulares centrales, enfermedades vestibulares periféricas con entrada asimétrica en los núcleos vestibulares). Este artículo ofrece una visión general de las formas más importantes y frecuentes de los síndromes de vértigo vestibular central, incluida la migraña basilar/vestibular, que se caracterizan por signos motores oculares, posturales y perceptivos. En una clasificación clínica sencilla, pueden separarse según los tres planos principales de acción del reflejo vestíbulo-ocular: guiñada, balanceo y cabeceo. Un desequilibrio tónico en la guiñada se caracteriza por un nistagmo horizontal, lateropulsión de los ojos, puntas pasadas, caídas rotacionales y laterales del cuerpo, y desviación lateral de la percepción en línea recta. Un desequilibrio tónico en el balanceo se define por nistagmo de torsión, desviación de la inclinación, torsión ocular, inclinación de la cabeza, del cuerpo y de la vertical percibida. Por último, un desequilibrio tónico en el cabeceo puede caracterizarse por algunas formas de nistagmo ascendente o descendente, inclinaciones y caídas adelante-atrás y desviación vertical de la recta percibida. Los síndromes así definidos permiten un diagnóstico topográfico preciso en cuanto a su nivel y lado.