Mucha gente nos pregunta, «¿cuál es la diferencia entre el Síndrome de Irlen y la Dislexia?» Muchos de los síntomas pueden ser similares, así que ¿cómo saber qué problema tienes realmente? Bueno, primero, vamos a definir la dislexia.
Según la Asociación Internacional de Dislexia, «La dislexia es una discapacidad de aprendizaje basada en el lenguaje. La dislexia se refiere a un conjunto de síntomas que hacen que las personas tengan dificultades con habilidades lingüísticas específicas, especialmente la lectura. Los estudiantes con dislexia suelen tener dificultades con otras habilidades lingüísticas como la ortografía, la escritura y la pronunciación de palabras.» Una definición formal de la dislexia utilizada por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano dice: «Se caracteriza por dificultades en el reconocimiento preciso y/o fluido de las palabras y por una escasa capacidad de deletreo y decodificación. Estas dificultades suelen ser el resultado de un déficit en el componente fonológico del lenguaje que suele ser inesperado en relación con otras capacidades cognitivas y con la provisión de una enseñanza eficaz en el aula. Las consecuencias secundarias pueden incluir problemas de comprensión lectora y una experiencia lectora reducida que puede impedir el crecimiento del vocabulario y de los conocimientos previos».
En su esencia, los expertos actuales están de acuerdo en que la dislexia es un trastorno basado en el lenguaje, y el tratamiento se centra generalmente en el uso de un enfoque multisensorial estructurado del lenguaje para ayudar a los individuos con dislexia a fortalecer las vías cerebrales que conectan el habla con la letra impresa. De hecho, es un error decir que el signo revelador de la dislexia es ver las palabras al revés. Por el contrario, se trata de una incapacidad para conectar las letras y palabras que ven en la página con sus sonidos y significados.
En cambio, el síndrome de Irlen es un trastorno del procesamiento perceptivo, lo que significa que se relaciona específicamente con la forma en que el cerebro procesa la información visual que recibe. No es un trastorno basado en el lenguaje y la instrucción basada en la fonética no ayudará a alguien con síndrome de Irlen a mejorar de la misma manera que ayudará a alguien con dislexia a mejorar sus habilidades de lectura. En esencia, el síndrome de Irlen es una sensibilidad a la luz, en la que los individuos son sensibles a una longitud de onda específica de la luz y esta sensibilidad es la que causa los síntomas físicos y visuales que experimentan las personas con síndrome de Irlen. Las personas con Síndrome de Irlen tienen dificultades para leer no porque sus cerebros tengan dificultades para conectar las letras que ven con los sonidos que hacen esas letras, sino porque ven distorsiones en la página impresa, o porque el fondo blanco o el resplandor les hace daño a los ojos, les da dolor de cabeza o les hace dormirse cuando intentan leer.
A diferencia de la dislexia, las dificultades que se experimentan como resultado del Síndrome de Irlen pueden llegar mucho más allá de la simple lectura. Las personas con síndrome de Irlen tienen dificultades para procesar toda la información visual, no sólo las palabras de una página impresa, por lo que a menudo experimentan dificultades con la percepción de la profundidad, la conducción, el rendimiento deportivo y otras áreas que no suelen estar relacionadas con la dislexia.
Es posible que alguien sufra tanto de dislexia como de síndrome de Irlen, y debe buscarse un tratamiento adecuado para ambos trastornos. Para más información sobre el síndrome de Irlen, visite https://irlen.com/what-is-irlen-syndrome/.