Cada servicio de aplicación -y las plataformas en las que se despliegan- tiene información valiosa sobre el estado de una determinada experiencia del cliente. Todo, desde las características sobre la plataforma del usuario (tipo de dispositivo, ubicación, red) hasta el tiempo transcurrido en cada «salto» individual a lo largo de la ruta de datos, puede utilizarse para solucionar incidentes, identificar actores maliciosos y detallar problemas de rendimiento. No se trata de datos de «clientes» ni de datos «corporativos», sino de datos operativos. Es telemetría.
Para aprovechar realmente esos datos, sin embargo, es necesario que encontremos una manera de capturar y luego analizar el volumen masivo de que puede provenir de los servicios de aplicación en la ruta de datos. Ahí es donde entra en juego la nube.
Por qué la nube es fundamental para aprovechar la telemetría
Hoy en día, sólo se captura parte de la telemetría porque para guardarla toda se necesitaría más espacio de almacenamiento del disponible.
La cantidad de telemetría que se emite -y podría emitirse- es abrumadora. La mayoría de los sistemas no pueden almacenar más que unas pocas semanas -o días- de telemetría. A menudo, se divide en series temporales para ahorrar espacio. Pero ni siquiera eso puede detener la increíble carga de almacenamiento. Con el tiempo, hay que eliminarlos para dejar espacio a datos telemétricos más nuevos y relevantes.
Por eso suelen encontrarse servicios de análisis avanzados alojados en una nube pública. La capacidad de computación y almacenamiento en la nube, junto con el aprendizaje automático, proporciona las bases tecnológicas necesarias para recoger, almacenar y procesar cantidades masivas de telemetría. Con un conjunto de telemetría lo suficientemente robusto, la analítica avanzada será capaz de proporcionar información procesable a las organizaciones mediante el descubrimiento de patrones y relaciones entre puntos de datos aparentemente dispares.
Pero para llegar allí, los servicios de aplicación necesitan emitir tanta telemetría como un repositorio basado en la nube pueda ingerir. Y tiene que provenir de tantos puntos como sea posible a lo largo de la ruta de datos. Cuanta más información se pueda recopilar a lo largo de la experiencia del cliente (la ruta de los datos), más valiosa será para el sistema que busca patrones y relaciones que descubran información procesable que mejore tanto la experiencia del cliente como el rendimiento del negocio.