El edema, conocido popularmente como retención de líquidos, es un aumento en el volumen del líquido intersticial, es decir, una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos. Sus causas son variadas, entre ellas, problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedades renales o hepáticas. También existe el edema cíclico idiopático, en el que el problema se produce sin causa conocida.
Los síntomas del edema son el aumento de peso inexplicable, la hinchazón en las pierdas y en los tobillos, el aumento del perímetro adbominal y la presencia de fóvea (si presionamos la piel firmemente con el dedo, notamos un hundimiento que permanece durante algunos minutos o segundos después de que hemos quitado el dedo).
El tratamiento dietético en los edemas consiste en una dieta baja en sodio. Las principales fuentes de sodio son la sal de mesa, los alimentos y el agua. Como primera medida, se evitará el agregado de sal en las comidas, puesto que , como la sal «atrae» el agua, cuanta más sal se consuma, más agua se retendrá. En su lugar, se utilizarán hierbas, especias, limón, vinagre y aceites aromatizados con ajo, orégano o guindilla para potenciar el sabor de las comidas.
Mejor, alimentos frescos
Debemos tener en cuenta que la mayor parte de la ingesta de sodio de nuestra alimentación no proviene de la sal de mesa, sino de los alimentos procesados. Por este motivo, es preferible consumir alimentos naturales, como son las frutas, las verduras, las legumbres, las carnes y los pescados frescos, así como debemos leer las etiquetas de los alimentos comerciales y seleccionar aquellos con menor contenido sódico.
- Lácteos: la leche, los yogures, los quesos blancos y los quesos sin sal pueden consumirse sin inconvenientes. Sin embargo, se restringirá el consumo de quesos curados y semicurados, ya que su contenido de sodio es muy alto.
- Carnes: se permiten todas las carnes magras y frescas (ternera, cerdo, pollo, pavo y conejo). Se evitarán las conservas, los ahumados, los embutidos, la charcutería, los patés, la sobrasada y las salchichas, ya que contienen elevadas cantidades de sal y de conservantes.
- Pescados: se incluirán todos los pescados, tanto frescos como congelados, excepto aquellos que se presentan en conserva, ahumados y salados.
- Frutas y verduras: todas están permitidas, puesto que son alimentos muy pobres en sodio. Sólo se limitarán las verduras enlatadas por su contenido de conservantes ricos en sodio; para poder consumirlas se debe extraer todo el líquido del envasado y lavar las verduras con abundante agua. También son ricas en sodio las aceitunas y los frutos secos salados.
- Cereales: se aconseja restringir el consumo de panes, galletitas y aperitivos con sal, y reemplazarlo por sus variantes sin sal.
- Bebidas: algunas aguas minerales tienen un contenido muy alto de sodio. Por lo tanto, debemos verificar la etiqueta para seleccionar aquellas marcas que contengan menos de 50 mg/litro.
- Alimentos preparados e industriales: se evitarán las salsas comerciales (mostaza, ketchup, salsa de soja, salsa rosa, mayonesa, etcétera), caldos concentrados, alimentos precocinados y comidas rápidas preparadas.
- Otros: en la industria alimentaria se suelen utilizar aditivos o potenciadores del sabor ricos en sodio, como el glutamato monosódico, benzoato sódico, propionato de sodio, citrato de sodio, etcétera. También se debe prestar atención a algunos medicamentos, antiácidos y productos con bicarbonato de sodio.
- Métodos de cocción: es preferible utilizar el vapor o el papillote, pues los alimentos se cuecen en su propio jugo y conservan todo su sabor. También son adecuados los métodos de cocción seca, como el horno o la plancha (realzan el sabor), así como los guisados y los estofados. Por el contrario, en el hervido, las sustancias aromáticas se diluyen en el agua de cocción, por lo que se pierde todo su sabor.
Mueve las piernas
Además de una mejora en los hábitos alimenticios, otras medidas que ayudan a disminuir los edemas son mantener las piernas elevadas, evitar estar sentado durante periodos de tiempo muy largos y practicar ejercicio físico de manera regular.
Nuestras propuestas (no se debe añadir sal a ningún plato)
Desayuno
- Yogur natural. Tostadas de pan sin sal con aceite de oliva virgen. Una pieza de fruta.
- Infusión con leche desnatada. Biscotes sin sal con queso blanco. Zumo de naranja natural.
- Vaso de leche semidesnatada. Galletas tipo María. Una pieza de fruta.
Comida
- Ensalada mixta. Pollo al estragón. Una pieza de fruta.
- Alcachofas al vapor. Ternera a la plancha. Macedonia de frutas
- Espárragos a la vinagreta. Brocheta de pavo y verduras. Una pieza de fruta.
Cena
- Guisantes estofados. Merluza al papillote. Un yogur natural.
- Arroz con verduras. Lenguado al horno. Una pieza de fruta.
- Ensalada de tomates con albahaca. Conejo al ajillo. Manzana asada.
Autor
Cecilia Montagna. Dietista-Nutricionista.
Artículo publicado en el número 65 de la Revista ‘Corazón y Salud’