¿Qué es la sarcopenia?

Aprende más sobre la sarcopenia, sus causas, síntomas y el papel del ejercicio y los suplementos dietéticos en la prevención y la inversión del envejecimiento muscular.

¿Qué es la sarcopenia?

A medida que envejecemos nuestro cuerpo cambia de forma natural en muchos aspectos, incluida la fuerza muscular. Pero a veces esto va más allá de los procesos normales relacionados con la edad y puede convertirse en un problema de salud, incluyendo la Sarcopenia. ¿Cómo podemos evitar que afecte a nuestra calidad de vida?

La Sarcopenia es un trastorno caracterizado por la pérdida de masa y fuerza muscular. Está asociada al proceso natural de envejecimiento, así como a las condiciones médicas geriátricas y al reposo en cama. La sarcopenia es una enfermedad progresiva que afecta principalmente a personas de más de 50 años, y que afecta al equilibrio, la fuerza y la capacidad general de realizar actividades cotidianas. Aunque la sarcopenia puede disminuir la esperanza de vida, afecta principalmente a la calidad de vida general de la persona, provocando:

  • Caídas y fracturas
  • Pérdida de peso y/o desnutrición
  • Incapacidad física
  • Mala calidad de vida, Institucionalización
  • Mortalidad
  • Aumento de los costes sanitarios

¿Qué causa la Sarcopenia?

Según la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF), la pérdida de músculo comienza alrededor de los 40 años y progresa con la edad. Aunque las estadísticas varían, los expertos creen que, por término medio, una persona pierde entre el 3 y el 8% de la masa muscular por década, y que este proceso alcanza su punto máximo entre los 65 y los 80 años. En la actualidad, se cree que hasta el 10% de los adultos mayores de 50 años están afectados por la Sarcopenia.

Aunque el proceso natural de envejecimiento es la principal causa de la Sarcopenia, existen otros factores asociados, entre los que se incluyen:

  • Falta de ejercicio e inmovilidad
  • Trastornos crónicos relacionados con la edad
  • Eventos agudos, es decir ingreso en el hospital o reposo en cama
  • Dieta inadecuada o desnutrición, incluida una ingesta insuficiente de calorías o proteínas
  • Enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide o las enfermedades intestinales inflamatorias
  • Estrés severo

¿Cuáles son los síntomas de la sarcopenia?

Las personas con sarcopenia experimentan una disminución de la masa muscular, así como de la fuerza muscular. Los síntomas pueden incluir:

  • Reducción del tamaño de los músculos
  • Sensación general de debilidad o agotamiento
  • Experimentar dificultad para levantar objetos
  • Pérdida de resistencia y capacidad para completar las actividades diarias Es importante que las personas que experimentan síntomas de sarcopenia o desnutrición busquen tratamiento inmediato, ya que si no se trata, la Sarcopenia puede causar inactividad e inmovilidad, acelerando aún más el proceso de envejecimiento muscular.

    ¿Se puede prevenir o revertir la Sarcopenia?

    Cuando se trata de nutrición, el 30% de los adultos mayores con Sarcopenia están desnutridos, mientras que el 80% de los ancianos que sufren desnutrición tienen Sarcopenia. Es posible romper este círculo vicioso que conduce al deterioro progresivo.

    La buena noticia es que la Sarcopenia en pacientes desnutridos o en riesgo de desnutrición puede revertirse -e incluso prevenirse- con la combinación adecuada de estilo de vida, dieta y ejercicio, incluyendo:

    • Entrenamiento de resistencia, incluyendo levantamiento de pesas y ejercicios de musculación
    • Ejercicio diario, incluyendo caminatas y entrenamiento aeróbico o de resistencia
    • Aumento de la ingesta de proteínas o suministro de suplementos nutricionales orales, según sea necesario, para alcanzar la ingesta diaria total. Las recomendaciones basadas en la evidencia para la ingesta óptima de proteínas en la dieta en personas mayores (Grupo PROT-AGE), recomienda en el rango de 1 -1,2 g/kg de peso corporal/d en personas mayores sanas y 1,2 g/kg de peso corporal/d y 1,2-1,5 g/kg de peso corporal/d en adultos mayores que tienen enfermedades agudas o crónicas
    • Vitamina D y Calcio
    • Omega 3 y ácidos grasos
    • Aminoácidos esenciales y/o mezcla de aminoácidos de cadena ramificada

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