La rinitis vasomotora es una enfermedad en la que los vasos sanguíneos del interior de la nariz se dilatan. Esta inflamación puede provocar congestión nasal y un aumento de la secreción de mucosidad. La afección no pone en peligro la vida; sin embargo, puede ser incómoda y molesta y provocar una disminución de la producción en el trabajo, hemorragias nasales, sequedad nasal, somnolencia y repetidas visitas al médico.
¿Qué causa la rinitis vasomotora?
En muchos casos, la causa exacta de la inflamación no está clara; sin embargo, hay ciertos factores que pueden desencadenar una reacción inflamatoria, entre ellos
– el humo, los perfumes, los olores fuertes, la niebla tóxica y otros irritantes ambientales,
– las infecciones respiratorias víricas,
– los cambios de tiempo,
– ciertos medicamentos,
– las emociones fuertes,
– el alcohol y
– las comidas o bebidas calientes o picantes.
¿Quién corre el riesgo de desarrollar rinitis vasomotora?
Aunque la rinitis vasomotora puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, es más común entre las mujeres mayores de 20 años. Aproximadamente 19 millones de estadounidenses padecen rinitis vasomotora en comparación con los 58 millones de personas que padecen rinitis alérgica.
Síntomas de la rinitis vasomotora:
Los síntomas de la rinitis vasomotora pueden ser intermitentes o constantes. Los síntomas más comunes son el goteo o la congestión nasal y la producción excesiva de mucosidad o el goteo postnasal. A diferencia de la rinitis alérgica, la mayoría de los pacientes con rinitis vasomotora no experimentan picor de nariz, picor o lagrimeo de ojos, ni picor de garganta.
La rinitis vasomotora puede causar complicaciones similares a la rinitis alérgica, incluyendo sinusitis crónica, infecciones de oído, disminución del sentido del olfato, apnea obstructiva del sueño e incluso asma.
Diagnóstico de la rinitis vasomotora:
Se pueden realizar análisis de piel y de sangre para descartar alergias y asegurarse de que el sistema inmunitario funciona correctamente. También se puede realizar una endoscopia nasal o una tomografía computarizada para comprobar si hay pólipos u otros problemas en los senos y las fosas nasales.
Tratamientos para la rinitis vasomotora:
Los remedios de venta libre suelen ser eficaces para aliviar los síntomas de la rinitis vasomotora. Estos remedios incluyen los aerosoles nasales salinos, los descongestionantes y antihistamínicos orales y los aerosoles nasales con corticoides. Si sus síntomas son especialmente graves, es posible que necesite medicamentos con receta como mometasona, azelastina, clorhidrato de olopatadina o ipratropio. Puede ser necesaria una intervención quirúrgica si tiene una afección subyacente, como un tabique desviado o pólipos nasales, que exacerba sus síntomas.
Prevención de la rinitis vasomotora:
Si puede identificar los desencadenantes específicos de sus síntomas, debe intentar evitarlos. Si esto no es posible, es posible que tenga que seguir un régimen de tratamiento diario recomendado por su médico para reducir los síntomas en la medida de lo posible. Es importante consultar a un médico antes de utilizar descongestionantes. El uso prolongado de estos medicamentos puede hacer que sus síntomas empeoren, y algunos descongestionantes pueden provocar una congestión de rebote. Las personas con hipertensión deben evitar los descongestionantes, ya que se sabe que estos medicamentos aumentan la presión arterial.
Mantener una temperatura constante en su casa y utilizar un humidificador para añadir humedad al aire puede ayudar a reducir los síntomas de la rinitis. También debe intentar mantener su casa libre de polvo, humo y otros alérgenos e irritantes ambientales. El ejercicio también puede ayudarle a aliviar temporalmente los síntomas. La actividad física estimula el sistema nervioso simpático, que puede contraer los vasos sanguíneos hasta 30 minutos.