Los psicólogos llevan mucho tiempo observando que el atractivo físico desempeña un papel importante en la formación de las relaciones, y han propuesto varias explicaciones de por qué es así.
Algunas de estas explicaciones se basan en la teoría evolutiva, como la idea de que las personas con rostros simétricos suelen ser vistas como más atractivas porque es un signo de salud y aptitud genética.
En este estudio se examinan las explicaciones psicológicas sociales de por qué el atractivo es tan importante para las relaciones tanto a corto como a largo plazo.
Efecto halo e hipótesis de emparejamiento
Una de las explicaciones de la importancia del atractivo es el efecto halo.
El efecto halo es la idea de que las personas que son juzgadas como atractivas suelen ser percibidas de forma positiva. Por ejemplo, Dion et al. (1972) descubrieron que las personas atractivas son calificadas sistemáticamente como exitosas, amables y sociables en comparación con las personas poco atractivas. Esto significa que no sólo creemos que las personas guapas son más atractivas físicamente, sino que también esperamos que tengan otras características deseables y tendemos a comportarnos de forma más positiva con ellas.
Sin embargo, en la vida real las personas también utilizan el sentido común para estimar si una posible pareja nos encontrará atractivos y, por lo tanto, no se decantan automáticamente por la persona más atractiva del lugar, sino que eligen a una pareja que coincida con su propio nivel de atractivo físico. Esto se conoce como la hipótesis del emparejamiento.
Según la hipótesis del emparejamiento, la elección de pareja de una persona es un equilibrio entre el deseo de tener la pareja más atractiva físicamente posible y su deseo de evitar ser rechazado por alguien que está «muy por encima de su nivel». Como resultado, la gente suele conformarse con una pareja que tiene aproximadamente el mismo nivel de atractivo físico.
Investigación que examina el atractivo físico
Pista de examen: Los estudios de investigación pueden presentarse como conocimiento y evaluación en el examen; sin embargo, es importante que los estudiantes sean claros con la forma en que utilizan la investigación en su respuesta.
La idea del efecto halo fue apoyada por Palmer y Peterson (2012), quienes pidieron a los participantes que calificaran a las personas atractivas y no atractivas en términos de cuán competentes y conocedores políticamente creían que eran. Se descubrió que las personas atractivas fueron calificadas consistentemente más alto en estas características en comparación con las no atractivas.
La investigación original sobre la hipótesis del emparejamiento fue realizada por Elaine Walster (quien propuso por primera vez la hipótesis del emparejamiento) y sus colegas en 1966. Invitaron a 752 estudiantes de primer año de la Universidad de Minnesota a asistir a una fiesta de baile. Se les asignó una pareja al azar; sin embargo, cuando los estudiantes recogían sus entradas, eran juzgados en secreto por un panel en términos de atractivo. Durante los intervalos de la fiesta de baile, y entre 4 y 6 meses después, se preguntó a los estudiantes si encontraban atractiva a su pareja y si les gustaría tener una segunda cita con ella. En contra de las predicciones de la hipótesis del emparejamiento, los estudiantes expresaron un mayor aprecio por su pareja si ésta era atractiva, independientemente de su propio nivel de atractivo.
Sin embargo, Feingold (1988) encontró pruebas que apoyaban la hipótesis del emparejamiento al llevar a cabo un meta-análisis de 17 estudios con parejas de la vida real. Estableció una fuerte correlación entre las puntuaciones de atractivo de los miembros de la pareja, tal y como predice la hipótesis del emparejamiento.
Evaluación del atractivo físico
Pista de examen: El primer punto de evaluación demuestra cómo se puede utilizar la investigación (véase más arriba) para escribir una evaluación eficaz.
(1) La hipótesis de emparejamiento está hasta cierto punto apoyada por la investigación. Por ejemplo, Feingold (1988) realizó un meta-análisis de 17 estudios, y encontró una fuerte correlación entre las calificaciones de atractivo de las parejas. Esto demuestra que las personas tienden a elegir una pareja que tenga un nivel de atractivo físico similar al suyo, tal y como predice la hipótesis de emparejamiento.
(2) Sin embargo, además del estudio original de Walster et al. que no apoyó la hipótesis, otras investigaciones tampoco han aportado pruebas concluyentes de la hipótesis de emparejamiento. Por ejemplo, Taylor et al. (2011) investigaron el registro de actividad en un sitio web de citas y descubrieron que los usuarios del sitio web eran más propensos a intentar concertar una cita con una pareja potencial que fuera más atractiva físicamente que ellos. Estos hallazgos contradicen la hipótesis del emparejamiento, ya que, según sus predicciones, los usuarios de sitios web deberían buscar más citas con una persona similar en términos de atractivo, porque les proporciona una mayor posibilidad de ser aceptados por una pareja potencial.
(3) Existen diferencias individuales significativas en cuanto a la importancia que las personas otorgan al atractivo físico en términos de relaciones. Towhey (1979) dio a los participantes fotos de extraños y alguna información biográfica sobre ellos; se pidió a los participantes que calificaran cuánto les gustaban las personas de las fotografías. Towhey descubrió que el atractivo físico era más importante para los participantes que mostraban actitudes sexistas (medidas por un cuestionario especialmente diseñado). Esto sugiere que, dependiendo del individuo, el aspecto físico puede ser o no un factor significativo de atractivo, mientras que la hipótesis de la concordancia sugiere que siempre es el principal.
(4) Otro punto débil de la hipótesis de la concordancia es que se aplica principalmente a las relaciones a corto plazo. Sin embargo, a la hora de elegir una pareja para relaciones a largo plazo, las personas tienden a centrarse más en la similitud de valores y en la satisfacción de necesidades, más que en el atractivo físico. Esto cuestiona la validez de la hipótesis del emparejamiento, ya que sólo describirá un número limitado de relaciones. Además, la hipótesis del emparejamiento ignora el hecho de que las personas pueden compensar la falta de atractivo físico con otras cualidades, como el intelecto o la sociabilidad. Esta compensación explica los ejemplos que se dan repetidamente de hombres mayores y menos atractivos que se casan con mujeres jóvenes y atractivas; algo que la hipótesis del emparejamiento no puede explicar.
Evaluación: Cuestiones &Debates
El atractivo físico parece ser un factor importante en la formación de relaciones entre culturas. Por ejemplo, Cunningham et al. (1995) descubrieron que los hombres blancos, asiáticos e hispanos, a pesar de pertenecer a culturas diferentes, calificaban como altamente atractivas a las mujeres con pómulos prominentes, nariz pequeña y ojos grandes. Esta universalidad de los hallazgos sugiere que el uso del atractivo como factor decisivo en la elección de una pareja podría ser un mecanismo reproducido genéticamente, que ayuda a la selección sexual. Esto da apoyo al lado de la naturaleza del debate naturaleza-naturaleza, ya que muestra que el comportamiento humano es principalmente el resultado de influencias biológicas más que ambientales.
Por otra parte, la hipótesis del emparejamiento puede adolecer de un sesgo beta, ya que asume que los hombres y las mujeres son muy similares en su opinión sobre la importancia del atractivo físico. Sin embargo, las investigaciones sugieren que éste puede no ser el caso. Por ejemplo, Meltzer et al. (2014) descubrieron que los hombres califican sus relaciones a largo plazo como más satisfactorias si su pareja es físicamente atractiva, mientras que para las mujeres el atractivo de su pareja no tenía un impacto significativo en la satisfacción de la relación. Esto demuestra que existen diferencias significativas de género en cuanto a la importancia de la apariencia para la atracción.
La hipótesis del emparejamiento es una teoría que se basa en un enfoque nomotético para estudiar el comportamiento humano. Intenta generar leyes de comportamiento aplicables a todas las personas; sin embargo, como sugieren los estudios anteriores, existen diferencias individuales significativas en la importancia del atractivo físico para la elección de la pareja. Por lo tanto, las explicaciones basadas en el enfoque idiográfico (estudiar los casos individuales en detalle, sin tratar de generar reglas universales) pueden ser más apropiadas para estudiar las relaciones románticas.