¿Cómo crecerá?
Las proyecciones de población pueden variar drásticamente, incluso si se basan en los mismos datos demográficos. La División de Población de la ONU prevé que la población mundial alcanzará un máximo de unos 11.000 millones de habitantes, basándose en el resultado medio de muchas proyecciones diferentes.
El tiempo dirá cómo afectará a estos modelos la pandemia de COVID de 2020. Las consecuencias económicas de gran alcance del coronavirus probablemente tendrán algún efecto en las tasas de crecimiento, a pesar de tener un impacto comparativamente pequeño en el tamaño de la población.
El cambio climático es otra variable que tendrá un efecto drástico. Los cambios en el medio ambiente amenazan a importantes regiones productoras de alimentos, como el Caribe y las selvas tropicales de América Latina (por ejemplo, Brasil, que es el principal productor mundial de soja y caña de azúcar). La India, otro gran productor de alimentos a nivel mundial, también corre el riesgo de sufrir inestabilidad debido al cambio climático.
Tendencias demográficas
En los años 60 y 70, cuando la población del mundo alcanzó su máxima tasa de crecimiento, hubo muchas preocupaciones sobre el crecimiento desbocado de la población. Las estimaciones de la población mundial de los últimos años muestran que, aunque la población total sigue creciendo, el crecimiento demográfico se ha ralentizado considerablemente en el siglo XXI. La tasa de fecundidad mundial se ha reducido en casi un 50% desde la década de 1950.
Una gran parte de esta reducción se ha debido al drástico descenso de las tasas de fecundidad en los países desarrollados, especialmente en Europa y Japón. Los datos sugieren que, a medida que las mujeres tienen un mejor acceso al control de la natalidad y son más capaces de participar en el trabajo, la tasa de natalidad disminuye. Los demógrafos también creen que la urbanización desempeña un papel importante en el cambio de la población; los niños tienen más probabilidades de trabajar en las sociedades agrícolas, por lo que existe un mayor incentivo para tener más hijos.
Hay algunos datos que sugieren que un determinado nivel de desarrollo puede dar la vuelta y provocar un aumento de la tasa de fertilidad total. A medida que aumenta la esperanza de vida y mejora la atención sanitaria, muchas mujeres podrían optar por tener hijos más tarde. En Estados Unidos, una encuesta de Pew Research de 2018 reveló que el número de personas con hijos era mayor que en 1994. Esto se atribuye a un gran repunte de las mujeres que tienen hijos entre los 34 y los 44 años.
La mayor parte del aumento de la población mundial se está produciendo en el África subsahariana y el sur de Asia, especialmente en Nigeria y la India. Sus recientes repuntes económicos han
Las dos excepciones son Estados Unidos y China, que se cuentan entre los países de más rápido crecimiento (y son dos de los tres países más poblados en conjunto). Estados Unidos tiene una tasa de fertilidad comparable a la de otros países desarrollados, pero tiene una tasa de inmigración que mantiene su población muy por encima de los niveles de reemplazo. China habría sido probablemente el país de más rápido crecimiento, si no fuera por los efectos actuales de su (ahora abandonada) política de un solo hijo.