Peróxido de hidrógeno, (H2O2), líquido incoloro que suele producirse en forma de soluciones acuosas de distintas concentraciones, utilizado principalmente para blanquear el algodón y otros tejidos y la pasta de madera, en la fabricación de otros productos químicos, como propulsor de cohetes y con fines cosméticos y medicinales. Las soluciones que contienen más de un 8 por ciento de peróxido de hidrógeno son corrosivas para la piel.
El peróxido de hidrógeno, reconocido por primera vez como compuesto químico en 1818, es el miembro más simple de la clase de los peróxidos. De los diversos procesos de fabricación, los principales implican reacciones del oxígeno del aire con ciertos compuestos orgánicos, especialmente la antraquinona o el alcohol isopropílico. Los principales grados comerciales son soluciones acuosas que contienen 35, 50, 70 o 90 por ciento de peróxido de hidrógeno y pequeñas cantidades de estabilizadores (a menudo sales de estaño y fosfatos) para suprimir la descomposición.
El peróxido de hidrógeno se descompone en agua y oxígeno al calentarse o en presencia de numerosas sustancias, especialmente sales de metales como el hierro, el cobre, el manganeso, el níquel o el cromo. Se combina con muchos compuestos para formar sólidos cristalinos útiles como agentes oxidantes suaves; el más conocido es el perborato de sodio (NaBO2-H2O2-3H2O o NaBO3-4H2O), utilizado en los detergentes para ropa y en los productos de blanqueo sin cloro. Con ciertos compuestos orgánicos, el peróxido de hidrógeno reacciona para formar hidroperóxidos o peróxidos, varios de los cuales se utilizan para iniciar reacciones de polimerización. En la mayoría de sus reacciones, el peróxido de hidrógeno oxida otras sustancias, aunque él mismo es oxidado por unos pocos compuestos, como el permanganato de potasio.
El peróxido de hidrógeno puro se congela a -0,43 °C (+31,3 °F) y hierve a 150,2 °C (302 °F); es más denso que el agua y es soluble en ella en todas las proporciones.