Descubrir el espesor óptimo del hielo y el espesor de la losa de hormigón que hay debajo son factores críticos para la eficiencia de la refrigeración. El hielo y el hormigón actúan como aislantes, resistiendo la transferencia de calor al sistema de refrigeración.
Si el hielo es demasiado grueso, aumentará drásticamente la carga del compresor y los costes de energía. Cuanto más grueso sea el hielo y el hormigón, más difícil será para el sistema de refrigeración mantener la temperatura deseada en la superficie del hielo. Cada pulgada adicional (25,4 mm) de hielo añade aproximadamente 10.000 kWh/año a la energía necesaria para mantener la superficie de hielo.
El patinaje vigoroso durante una práctica típica de hockey dañará el hielo demasiado fino. También requerirá más repavimentaciones. Por otra parte, el hielo grueso es ineficaz porque aumenta los requisitos de energía del sistema de refrigeración.
La mayoría de las instalaciones de pistas mantienen el grosor del hielo entre 3,2 cm y 3,8 cm como norma aceptada por la industria.
En una nota al margen: los jugadores tiran las botellas de agua sobrantes en los tableros de los bancos de los jugadores al final del partido, lo que contribuye principalmente a la acumulación de hielo a lo largo de los tableros. Debido a su diseño, la máquina de rejuvenecimiento del hielo no puede cortar bien los tableros. Esto requiere mucho más mantenimiento utilizando una herramienta especialmente diseñada para cortar el hielo.
Beneficios:
- Mantener el hielo entre 1 1/4″ y 1 1/2″ (apx. 3,2 cm – 3,8 cm) es óptimo
Ahorro:
- 10.000 kWh de electricidad si el hielo era de 2 1/4″ (aprox. 5,7 cm) y ahora está a 1 1/4″ (aprox. 3,2 cm).