Mark J. Spoonamore, M.D.

Descripción general e indicaciones

La fusión lumbar posterior (PLF) es el término general utilizado para describir la técnica de unir quirúrgicamente dos (o más) huesos de la columna lumbar a lo largo de los lados del hueso. El injerto óseo se coloca a lo largo de los huesos de la columna vertebral (no entre los espacios discales, lo que se denomina fusión intercorporal), y finalmente se fusiona. La PLF puede realizarse junto con o sin una descompresión posterior (laminectomía) y/o instrumentación (uso de tornillos/varillas metálicas). Por lo general, los tornillos y varillas metálicos se colocan para dar estabilidad inmediata mientras el hueso se une y para aumentar la tasa de fusión (porcentaje de pacientes en los que el hueso se une con éxito).

La FPL se realiza habitualmente para una variedad de afecciones de la columna vertebral, como la espondilolistesis, las fracturas de columna, los tumores, las infecciones y la escoliosis, entre otras.

Técnica quirúrgica

La cirugía se realiza utilizando anestesia general. Se coloca un tubo respiratorio (tubo endotraqueal) y el paciente respira mediante un ventilador durante la cirugía. Se administran antibióticos intravenosos preoperatorios. Los pacientes se colocan en posición prona (tumbados sobre el estómago), generalmente utilizando una mesa/cama de operaciones especial con acolchado y soportes especiales. La región quirúrgica (zona lumbar) se limpia con una solución de limpieza especial. Se colocan paños estériles y el equipo quirúrgico lleva ropa quirúrgica estéril, como batas y guantes, para mantener un entorno libre de bacterias.

Se realiza una incisión longitudinal de 4 a 8 centímetros (dependiendo del número de niveles) en la línea media de la parte baja de la espalda, directamente sobre los niveles espinales que se van a fusionar. La fascia y el músculo se dividen suavemente en la línea media, y se utilizan retractores para que el cirujano pueda visualizar los arcos vertebrales posteriores (parte trasera). Una vez colocado el retractor, se utiliza una radiografía para confirmar que se ha identificado el nivel o niveles vertebrales adecuados.

La lámina, las articulaciones facetarias y las apófisis transversas se exponen a ambos lados de las apófisis espinosas. En los niveles que se van a fusionar, se decortican las articulaciones facetarias y las apófisis transversas y se coloca injerto óseo a lo largo de las vértebras. Se colocan dos pequeños tornillos pediculares o ganchos en cada nivel vertebral de la fusión, y se conectan mediante varillas de titanio.

También se puede realizar, si es necesario, una laminectomía completa o parcial (extirpación de la parte de la lámina del hueso) y una foraminotomía (extirpación de los espolones óseos cerca de donde el nervio atraviesa el orificio del hueso de la columna vertebral), lo que permite que los nervios vuelvan a su tamaño y forma normales cuando se eliminan las lesiones compresivas. Las raíces nerviosas y las estructuras neurológicas se protegen y se retraen cuidadosamente para poder visualizar y eliminar los espolones óseos. Se utilizan pequeños instrumentos de tipo dental y de mordedura/raspado (como un rongeur hipofisario y un rongeur de kerrison) para eliminar los espolones óseos artríticos e hipertróficos (sobrecrecidos) y el ligamentum flavum. También se revisan todas las zonas circundantes para asegurarse de que no quedan espolones compresivos o fragmentos de disco.

La zona de la herida suele lavarse con agua estéril que contiene antibióticos. La capa fascial profunda y las capas subcutáneas se cierran con algunas suturas fuertes. La piel se cierra con puntos de sutura o grapas quirúrgicas. Se aplica un vendaje estéril, que se cambia diariamente mientras se está en el hospital.

El tiempo total de la cirugía es de aproximadamente 2 a 5 horas, dependiendo del número de niveles espinales implicados.

Cuidados postoperatorios

La mayoría de los pacientes suelen poder irse a casa entre 2 y 5 días después de la cirugía. Antes de que los pacientes se vayan a casa, los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales trabajan con los pacientes y les instruyen sobre las técnicas adecuadas para entrar y salir de la cama y caminar de forma independiente. Se indica a los pacientes que eviten doblar la cintura, levantar objetos (más de dos kilos) y girar en el período postoperatorio inicial (las primeras 2-4 semanas) para evitar una lesión por esfuerzo. Los pacientes pueden empezar gradualmente a doblarse, girar y levantar objetos después de 4-6 semanas, a medida que el dolor disminuye y los músculos de la espalda se fortalecen.

Correa

En general, los pacientes no tienen que llevar una faja para la espalda después de la cirugía. Ocasionalmente, los pacientes pueden recibir un corsé lumbar blando o rígido que puede proporcionar apoyo lumbar adicional en el período postoperatorio temprano, si es necesario. Los pacientes que se someten a una cirugía de fusión multinivel por escoliosis, cifosis, infecciones espinales o tumores suelen recibir un corsé toracolumbar moldeado a medida.

Cuidado de la herida

La zona de la herida debe permanecer cubierta con un vendaje de gasa fijado con esparadrapo. La zona debe mantenerse limpia y seca. Por lo general, el vendaje debe cambiarse cada 1 ó 2 días, especialmente después de ducharse.

Ducha/Baño

Los pacientes pueden ducharse inmediatamente después de la cirugía, pero deben mantener la zona de la incisión cubierta con un vendaje y esparadrapo, y tratar de evitar que el agua caiga directamente sobre la zona quirúrgica. Después de la ducha, los pacientes deben cambiar el vendaje y secar la zona quirúrgica. Por lo demás, el vendaje debe cambiarse cada 2-3 días cuando esté en casa. Los pacientes no deben bañarse hasta que la herida haya cicatrizado por completo, lo que suele ocurrir alrededor de 2 semanas después de la cirugía.

Conducción

Los pacientes pueden empezar a conducir cuando el dolor haya disminuido hasta un nivel leve, lo que suele ocurrir entre 7 y 14 días después de la cirugía. Los pacientes no deben conducir mientras toman medicamentos para el dolor (narcóticos). Cuando conduzcan por primera vez después de la intervención quirúrgica, los pacientes deben hacer un trayecto corto y pedir a alguien que les acompañe, por si el dolor se agudiza y necesitan ayuda para volver a casa. Después de que los pacientes se sientan cómodos con un trayecto corto, pueden empezar a conducir solos distancias más largas.

Vuelta al trabajo y al deporte

Los pacientes pueden volver a realizar tareas laborales ligeras tan pronto como 2-3 semanas después de la cirugía, dependiendo de cuándo haya remitido el dolor quirúrgico. Los pacientes pueden volver al trabajo de nivel moderado y a los deportes recreativos ligeros tan pronto como 3 meses después de la cirugía, si el dolor quirúrgico ha remitido y la fuerza de la espalda ha vuelto adecuadamente con la fisioterapia. Los pacientes que se han sometido a una fusión en un solo nivel pueden volver a levantar objetos pesados y realizar actividades deportivas si el dolor quirúrgico ha remitido y la fuerza de la espalda ha vuelto a ser adecuada con la fisioterapia. A los pacientes que se han sometido a una fusión en dos o más niveles se les recomienda generalmente que eviten levantar objetos pesados, realizar trabajos laboriosos y practicar deportes de impacto.

Visitas al médico y seguimiento

Los pacientes volverán a una visita de seguimiento para ver al médico aproximadamente 12-14 días después de la cirugía. Se inspeccionará la incisión. Se inspeccionará la incisión y se retirarán los puntos o grapas. Por lo general, los pacientes volverán a ver al Dr. Spoonamore cada 4-6 semanas a partir de entonces, y se tomará una radiografía para confirmar que la zona de la fusión es estable y está cicatrizando adecuadamente. Entre 8 y 12 semanas después de la cirugía, los pacientes recibirán una prescripción para comenzar la fisioterapia con ejercicios suaves para la espalda.

Resultados y estudios de resultados

Los resultados de la cirugía de fusión lumbar posterior (PLF) en el tratamiento de la espondilolistesis sintomática, las fracturas de columna, los tumores, las infecciones y la escoliosis son generalmente excelentes. Numerosos estudios de investigación publicados en revistas médicas demuestran que el 85-96% de los resultados de la cirugía de FPL son buenos o excelentes. Se observa que la mayoría de los pacientes presentan una mejora significativa de su dolor de espalda y vuelven a realizar muchas, si no todas, sus actividades diarias y recreativas normales.

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