Acerca del caballo de carreras
El caballo de carreras es posiblemente uno de los animales más mimados del mundo. Se crían para competir y, aunque los entrenadores tratan de maximizar su capacidad en la pista, parte del proceso consiste en proporcionarles las 24 horas del día la nutrición, el ejercicio, los cuidados y la atención que necesitan para prosperar como animales, ayudados en estas funciones por un magnífico personal de cuadra. El bienestar de los caballos en las carreras es primordial en todos los establos.
La edad más temprana a la que los caballos empiezan a correr difiere entre los dos códigos; en el Flat, muchos caballos debutan a los dos años, mientras que los caballos de saltos aparecen por primera vez con tres años. La diferencia se debe simplemente al desarrollo natural del caballo físicamente.
Los caballos de carreras de piso, en particular los que llegan a ser de primera clase, suelen tener una carrera de carreras corta debido a su valor como sementales o yeguas de cría. Por otro lado, las carreras de salto pueden durar muchos años, y los caballos de diez y once años suelen ser competitivos en ese ámbito de las carreras.
Caballos machos y hembras pueden competir entre sí, del mismo modo que lo hacen los jockeys y los entrenadores en las carreras. Un caballo macho joven se conoce como potro, pero se llama caballo a partir de los cinco años. Un caballo macho se denomina castrado si ha sido castrado; los caballos suelen ser castrados cuando es evidente que no van a ser utilizados para la cría. Un caballo hembra joven se conoce como potra, pero se denomina yegua a partir de los cinco años.
En Gran Bretaña y en el resto del hemisferio norte, se considera que todos los caballos de carreras cumplen años el 1 de enero, independientemente de cuál sea su fecha real de nacimiento.
La historia de los purasangres
La cría de todos los caballos de carreras modernos se remonta a uno de estos tres caballos: el árabe de Darley, el árabe de Godolphin y el turco de Byerley. Los tres sementales fundadores fueron llevados a Gran Bretaña a finales del siglo XVII y principios del XVIII, y todos los purasangres modernos descienden de uno de estos tres sementales.
La cría es una parte muy importante del deporte y sólo los mejores potros son considerados para las tareas de sementales. Asimismo, una potra o una yegua de alto rendimiento tiene más posibilidades de conseguir una cita con un semental de primera categoría. Los caballos con pedigríes muy codiciados pueden cambiar de manos por millones de libras mucho antes de llegar a la pista para un día de carreras.