Aquí comienza la mayor epopeya cinematográfica de todos los tiempos, y posiblemente una de las mejores historias jamás contadas. Concebida originalmente como una película por entregas a la manera de las viejas películas de acción con las que Lucas creció, La guerra de las galaxias superó incluso la aguda y ampulosa imaginación de George para convertirse en una parte central de la historia del cine.
Existen innumerables historias sobre la realización de esta película; cómo Lucas nunca creyó que tendría la oportunidad de completar la serie, cómo generó una industria y convirtió el nombre de casi todos los que la tocaron en una palabra familiar. Pero lo que eso no revela, como tampoco lo hacen las muy disminuidas precuelas, es la pura alegría y emoción que generaron estas películas.
Fue una experiencia única en la vida. Se podía sentir desde el día del estreno, antes si prestabas atención a esas cosas. Nunca habíamos visto nada igual, y es probable que no volvamos a hacerlo.
Este episodio encuentra al joven Luke Skywalker anhelando dejar la vida agraria que tiene con sus tíos, y perseguir la aventura como ya han hecho sus amigos antes que él. Y qué aventura hay. La galaxia está inmersa en una rebelión masiva contra un imperio tirano y opresor, pero en el planeta natal de Luke es algo de lo que sólo se atreve a hablar en un susurro.
Además, llegan dos robots, «droides» para abreviar, que involuntariamente involucran a Luke en un intento estelar de contactar con un viejo mago llamado Ben Kenobi, que vive en las cuevas cercanas a la casa de Luke.
El resto es historia, y no hay persona viva en el mundo civilizado que no tenga al menos algún conocimiento de la épica historia que se desarrolla. El ascenso de Luke desde la oscuridad adolescente en Tatooine hasta el papel protagonista en la mayor lucha de todos los tiempos se cuenta con humor, acción, aventura y siempre con un sentido de la historia que no tiene parangón ni en la pantalla ni en la página.
Con la finalización de la trilogía de precuelas, estas películas gozan de una renovada popularidad entre una generación que nunca vio las películas en la gran pantalla, y las reposiciones en los cines están casi garantizadas. Vayan. Consigue palomitas. Y que la Fuerza te acompañe.