Cuando estaba en el último año del instituto salí con un chico que estaba en primer año. Todo el mundo pensó que era raro; pero, de nuevo… pensaron que yo era rara, así que no le dieron demasiada importancia (aunque hubo un poco de malestar).
Pensé que era bastante hipócrita que los chicos de último año salieran con chicas de primer año todo el tiempo y nadie se molestara en cuestionarlo, como si las mujeres nunca pudieran sentirse atraídas por hombres más jóvenes.
No me atraía porque fuera más joven; me atraía porque en mi pueblo rural de Kansas, era uno de los pocos chicos que había y que resultaba ser inteligente, divertido y atractivo. Era una combinación poco frecuente en mi comunidad y me parecía que éramos lo suficientemente capaces y maduros como para no tener en cuenta los dos años de diferencia de edad, aunque otras personas tuvieran más problemas con él. Ahora, muchos novios después, estoy saliendo con alguien que es tres años más joven que yo y nadie notaría la diferencia.
Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Importa la edad? Mejor aún, ¿a quién le importa?
En toda nuestra cultura vemos ejemplos de grandes diferencias de edad en las relaciones. Mariah Carey y Nick Carter (11 años), Anna Nicole Smith y J Howard Marshall (63 años), Harrison Ford y Calista Flockhart (22 años), Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones (25 años), Hugh Hefner y Crystal Harris (60 años).
Incluso en mi propio círculo hay grandes diferencias. Mi amigo de 32 años salió durante un año con uno de 19. Mi mejor amiga del instituto se casó con un hombre ocho años mayor que ella. Mi tío es 13 años más joven que mi tía.
Cuando se trata de relaciones -independientemente de la edad- me gusta pensar en las tres C: Consentimiento, Compatibilidad y Cooperación.
Consentimiento
Claro que toda relación tiene que ver con el poder de alguna forma, pero cuando hay una mayor diferencia de edad, también hay una mayor dinámica de poder en juego. Hay leyes de edad de consentimiento en todos los estados para proteger a los jóvenes de ser manipulados o coaccionados por aquellos que son mayores y generalmente tienen más experiencia (y por lo tanto más poder).
Pero el consentimiento no es sólo para los jóvenes, es para todos en todas las formas de relación. Tiene que haber un consentimiento de las dos personas implicadas de que efectivamente quieren tener una relación íntima y sana entre ellos.
Compatibilidad
Mi buen amigo acabó separándose de una mujer con la que salía y que resultaba ser 14 años más joven que él porque no tenían suficiente en común. Ahora bien, esto no significa que todas las personas con grandes diferencias de edad tengan poco en común, sólo que específicamente no lo tenían, y que puede ser más probable cuanto mayor sea la diferencia. Es decir, no me imagino a alguien que no sepa qué es Salvados por la Campana o cómo sabía Surge.
Las parejas requieren tener lo suficiente en común como para que se pueda formar una conexión y a la vez conservar los propios intereses, gustos, aficiones, etc. Es ser capaz de mantener una conversación fluida. Es entenderse mutuamente: las peculiaridades, los rasgos buenos, los malos, el pasado, el mismo futuro deseado, independientemente del año en que haya nacido cada uno.
Cooperación
Esto se reduce a estar en el mismo nivel de comunicación. Se trata de aprender cómo funciona el otro y trabajar con eso en consecuencia. Se trata de la voluntad de comprometerse para que la relación continúe. Se trata de confianza, honestidad y lealtad. Si todo eso está ahí y hay consentimiento y compatibilidad, de nuevo, no importa la edad de ninguno de los dos.
Al final, la pregunta no es «¿importa la edad?», sino ¿os importa lo suficiente el uno al otro? ¿Se cumplen las 3 C’s? Si es así, entonces nada más debería interponerse en el camino de vuestra felicidad juntos, especialmente en el año en que los dos aparecisteis en la tierra.