PDF del artículo 0213
La inyección intramuscular (IM) es una de las muchas vías de administración de medicamentos, incluyendo antibióticos, vacunas, terapias hormonales y corticosteroides.1,2 Incluso cuando se dispone de otras vías de administración, las inyecciones IM pueden ser preferibles cuando un paciente no tolera la medicación oral o cuando la adherencia es un problema.2 Las inyecciones IM también pueden ser beneficiosas para la absorción en comparación con otras vías de administración (es decir, más rápidas que la inyección subcutánea y más lentas que la administración intravenosa). Además, algunos medicamentos contienen componentes que pueden irritar el tejido subcutáneo, pero no el tejido muscular, que también puede tolerar mayores volúmenes de líquido con mínimas molestias.3,4
Las inyecciones de gran volumen (3 mL o más), sin embargo, no se administran con frecuencia; y muchos médicos pueden no estar familiarizados con su uso apropiado, sus posibles efectos secundarios y su eficacia potencial. Los medicamentos que se administran mediante inyecciones IM de gran volumen incluyen la ceftazidima (Fortaz, Tazicef, genéricos), la cefuroxima (Ceftin, Zinacef, genéricos), el ertapenem (Invanz), la penicilina G benzatina (Bicillin L-A, Permapen) y el fulvestrant (Faslodex).5-9 Este artículo analiza las cuestiones prácticas relacionadas con la administración de inyecciones IM de gran volumen, en el contexto de la administración de fulvestrant para el tratamiento del cáncer de mama, centrándose en las mejores prácticas para la eficacia y la seguridad.
Las inyecciones IM se administran en cinco sitios potenciales: deltoides (comúnmente utilizado para la vacunación de adultos), dorsoglúteo, ventroglúteo, recto femoral y vasto lateral3,10,11 (Figura 1). Se han propuesto volúmenes máximos en las distintas zonas de IM para pacientes adultos3,12-16 (Tabla 1). En general, se han citado 5 ml para los adultos como volumen máximo para una única inyección IM, y se han propuesto volúmenes máximos inferiores para los pacientes adultos con una masa muscular menos desarrollada o pequeña.3,13,14
Continue Reading
INYECCIONES INTRAMUSCULARES
Antes administradas exclusivamente por médicos, las inyecciones IM se convirtieron en una responsabilidad primaria de las enfermeras durante la década de 1960.1 Sin embargo, se dispone de pocas directrices basadas en la evidencia para las inyecciones IM, y se han observado discrepancias en los libros de texto de enfermería10-13. Además, las directrices actuales no abordan la administración de inyecciones de gran volumen.
La zona dorsoglútea para las inyecciones IM es la que las enfermeras tienen más experiencia en utilizar, ya que es la que se enseña tradicionalmente en las escuelas de enfermería y se recoge en los libros de texto de enfermería.16-18 Un estudio reciente descubrió que las enfermeras de cuidados intensivos de Canadá seleccionaban preferentemente la zona de inyección IM dorsoglútea en lugar de la zona de inyección IM ventroglútea.19 La mayoría de las encuestadas citaron su propio nivel de comodidad como la razón predominante para esta preferencia. Sin embargo, las enfermeras mayores de 30 años, preparadas para obtener un título y con más de 4 años de experiencia en enfermería eran más propensas a elegir el lugar dorsoglúteo; mientras que las enfermeras de 20 a 24 años, preparadas para obtener un título y con 1 a 4 años de experiencia en enfermería eran más propensas a elegir el lugar ventroglúteo.19 Este hallazgo apoya la idea de que el lugar ventroglúteo puede ser utilizado más a menudo por quienes recibieron orientación específica para administrar en ese lugar.