Habilidades de comunicación empresarial para directivos

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  • Describa las diferencias entre estereotipos, prejuicios y discriminación

La percepción social es relativa y refleja impresiones positivas y negativas de las personas basadas en una serie de factores. Nuestras percepciones de las personas nos permiten tomar decisiones y hacer juicios rápidos, pero también pueden llevar a conclusiones sesgadas o estereotipadas. Aunque a menudo se utilizan indistintamente, los términos utilizados para describir estos errores de percepción -estereotipo, prejuicio y discriminación- tienen diferentes significados y connotaciones.

Los estereotipos son generalizaciones excesivamente simplificadas sobre grupos de personas; los estereotipos pueden basarse en la raza, la etnia, la edad, el género, la orientación sexual… casi cualquier característica. Pueden ser positivos (normalmente cuando se refieren al propio grupo, como cuando las mujeres sugieren que tienen mejores habilidades blandas), pero suelen ser negativos (normalmente hacia otros grupos, como cuando los miembros de un grupo racial dominante sugieren que un grupo racial minoritario es peligroso o estúpido).

En cualquier caso, el estereotipo es una generalización que no tiene en cuenta las diferencias individuales. Como explica la novelista Chimamanda Ngozi Adichie en una charla de TED Global titulada «El peligro de una sola historia», el problema de los estereotipos no es que sean erróneos, sino que son incompletos. Adiechie es una narradora por excelencia; con buen humor y aguda observación, su charla nos hace tomar conciencia de los errores cotidianos y es un poderoso antídoto contra los estereotipos.

El prejuicio se refiere a las creencias, pensamientos, sentimientos y actitudes que alguien tiene sobre un grupo. Un prejuicio no se basa en las experiencias propias, sino que es un prejuicio que se origina fuera de la experiencia real. En el documental de 1970 Eye of the Storm, Jane Elliott ilustra el modo en que se desarrollan los prejuicios. El documental muestra cómo la definición de una categoría de personas como superior (en este caso, los niños con ojos azules) da lugar a prejuicios contra las personas que no forman parte de la categoría favorecida.

Mientras que el prejuicio se refiere al pensamiento sesgado, la discriminación consiste en acciones contra un grupo de personas. La discriminación puede basarse en la edad, la raza, la religión, la salud y otros indicadores. La discriminación puede adoptar muchas formas, desde prácticas de vivienda injustas hasta sistemas de contratación sesgados. La legislación sobre la igualdad de oportunidades en el empleo y su aplicación por parte de la EEOC es un intento de evitar la discriminación en el lugar de trabajo. Sin embargo, no podemos borrar la discriminación de nuestra cultura simplemente aprobando leyes para abolirla. Como se aludió en el debate sobre la raza, la discriminación es una cuestión compleja que está relacionada con los sistemas educativo, económico, jurídico y político de nuestra sociedad.

Los prejuicios y la discriminación pueden solaparse y cruzarse. Un área de especial oportunidad es la concienciación sobre los prejuicios inconscientes. En un artículo de Fast Company titulado «How Unconscious Bias Affects Everything You Do» (Cómo el sesgo inconsciente afecta a todo lo que haces), el autor Howard Ross relata un ejemplo clásico de cómo las principales orquestas superaron el sesgo de contratación sistémico para lograr una relativa igualdad de género. Aunque hubo una serie de factores que contribuyeron (por ejemplo, anunciar las audiciones en lugar de basarse únicamente en las invitaciones), el factor crítico fue la realización de audiciones a ciegas en las que los calificadores no veían a los músicos. El aspecto crítico de este ejemplo es que el sesgo no se superó hasta que se pidió a los auditores que se quitaran los zapatos antes de entrar en la zona de audiciones. Antes de eso, los evaluadores seguían viéndose influidos por el sonido de los zapatos de una persona (es decir, el sonido de los tacones o de los zapatos planos llevaba a los evaluadores a emitir un juicio sobre el género del audicionado).

El sesgo inconsciente no se limita a una industria o a un género en particular. Ross señala que «más de 1.000 estudios realizados sólo en los últimos 10 años han demostrado de forma concluyente que, si eres humano, tienes prejuicios, y que éstos afectan a casi todas las variantes de la identidad humana: Raza, género, orientación sexual, tamaño del cuerpo, religión, acento, altura, dominio de la mano, etc.». La conclusión: «La pregunta no es ‘¿tenemos prejuicios?’ sino ‘¿cuáles son los nuestros?»

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