Fortalecer la recuperación del manatí antillano en Belice mediante la creación de capacidad de gestión local y la investigación
Entre las costas de México y Guatemala se encuentran las aguas tropicales de Belice, parte del Mar Caribe y una zona que alberga el mayor número conocido de manatíes antillanos del mundo. Los manatíes antillanos, una subespecie del manatí antillano, son mamíferos marinos que, excepcionalmente, están muy relacionados con los elefantes. El manatí antillano, un herbívoro longevo que respira aire y que se cree que puede vivir hasta 60 años, puede sobrevivir tanto en aguas marinas como salobres, pero debe permanecer cerca de tierra porque depende del agua dulce que fluye de los ríos para beber. En consecuencia, el manatí antillano puede encontrarse tanto en vías fluviales costeras como interiores desde Centroamérica hasta la costa norte de Sudamérica y las Antillas.
A pesar de estar muy extendido, el hábitat de este mamífero acuático de movimientos lentos está fragmentado y se sabe relativamente poco sobre la especie. Ni siquiera se sabe cuántos manatíes sobreviven. Históricamente cazados por los nativos locales y vendidos a los exploradores europeos como alimento, hoy en día los manatíes están amenazados por la pérdida de hábitat, la caza furtiva, el enredo en las artes de pesca y el aumento de la actividad náutica, y también pueden enfrentarse a otras amenazas como la contaminación del agua por el contenido químico de la escorrentía de los ríos interiores.
Desde 1996, la bióloga conservacionista local Nicole Auil ha trabajado para conservar el manatí antillano en Belice. Ganadora del Premio Whitley 2005 para Ríos y Humedales, Nicole encabeza un proyecto que pretende adoptar un enfoque polifacético para la gestión de áreas protegidas.
Al combinar la educación de la población local con la investigación biológica para ayudar a la recuperación del manatí, Nicole pretende salvaguardar el hábitat costero del manatí y la biodiversidad asociada. Las actividades del proyecto se centran en un santuario de vida silvestre llamado Southern Lagoon, situado junto al pequeño pueblo de Gales Point Manatee, un sistema de humedales que sustenta no sólo al manatí, sino también al cocodrilo de Morelet, muchas especies de peces y aves costeras como los ibis y las garzas.
Las investigaciones de Nicole muestran que sólo quedan aproximadamente 1.000 manatíes antillanos en Belice, y se sabe poco sobre los movimientos o la biología de los que sobreviven. Al examinar el comportamiento, el uso del hábitat y las amenazas a las que se enfrentan los manatíes, en combinación con estudios que mejorarán la comprensión de la ecología de la laguna, Nicole espera obtener conocimientos vitales sobre el manatí antillano y su entorno cambiante en el corazón de la zona costera de Belice.
Una parte clave de este estudio a largo plazo es la colaboración comunitaria. El objetivo de Nicole es dotar a la comunidad local de las herramientas necesarias para salvaguardar eficazmente este entorno crítico y su vida silvestre mediante la creación de capacidades y la promoción de un enfoque planificado del uso de los recursos naturales. Al asociarse con organizaciones locales, se espera que este diverso proyecto aporte recompensas que beneficien tanto a la conservación ecológica en Belice como a los ingresos de los interesados locales.