La mejor manera de eliminar las cebollas silvestres para siempre es desenterrarlas.
Si su césped está lleno de mechones de follaje verde brillante, ceroso y maloliente, puede ser el momento de sacar la pala y empezar a cavar. Las cebollas silvestres son plantas invasoras que se propagan de año en año tanto por semillas como por bulbos. La mejor manera de erradicar las cebollas silvestres es un plan de acción de varios niveles.
Paso 1: Aborde el problema a principios de la primavera y de nuevo en otoño. Las cebollas silvestres (y el ajo silvestre) son plantas perennes que crecen durante el invierno y producen flores, bulbillos y semillas a principios de la primavera. El follaje de la planta muere en verano, dejando los bulbos al acecho bajo el suelo a la espera de un clima más fresco para volver a brotar.
Paso 2: Una sola planta de cebolla silvestre puede producir docenas de semillas. Segar o recortar las cebollas antes de que florezcan eliminará su propagación por semillas, pero no detendrá su reproducción de bulbos subterráneos.
Paso 3: Los productos químicos como el 2,4-D y el glifosato pueden ser algo eficaces, pero tienden a rodar por las hojas cerosas de las plantas. En lugar de pulverizar, cepille el producto químico directamente sobre el follaje recién cortado.
Paso 4: Desenterrar las plantas por completo es, con mucho, la mejor manera de erradicar las cebollas silvestres. El conjunto de bulbos bajo el suelo suele ser más grande que la huella del follaje sobre el suelo. Riegue bien la zona y empiece a cavar a varios centímetros de la planta con una pala pequeña. Excave por debajo del bulbo inicial para capturar la mayor parte posible de la planta y del suelo circundante.
Paso 5: Si es posible, mate los bulbos restantes vertiendo agua hirviendo en el agujero recién excavado. El agua hirviendo matará cualquier planta con la que entre en contacto. Si se vierte directamente sobre el follaje existente, el agua hirviendo matará la planta aparente, pero puede que no elimine todos los bulbos que hay bajo la tierra.
Paso 6: Los bulbos y las semillas que se añadan a una pila de compost florecerán. Deseche las plantas, los bulbos y la tierra en la basura y no en el contenedor de compost.
Paso 7: Las malas hierbas nos dicen mucho sobre las condiciones del suelo. Las cebollas silvestres prefieren suelos alcalinos con menos nutrientes. Analice el suelo para ver si la adición de cal puede resolver el problema. Esparcir compost para aumentar el valor nutritivo del césped también ayudará a reducir la población de cebollas.
Paso 8: Considere la posibilidad de pedir prestado un cerdo para arrancar los bulbos de cebollas y ajos silvestres. El cerdo destruirá el césped, pero al menos las cebollas habrán desaparecido.