En primer lugar, se centró en varios proyectos de construcción. Los primeros años de su reinado estuvieron marcados por la construcción de ciudades, monumentos y templos. También estableció la nueva capital en el delta del Nilo, que se encontraba en la región noreste del país hace algunos miles de años. La ubicación de esta nueva capital no fue casual, ya que la nueva capital se convirtió en el mejor punto estratégico para la defensa de los países vecinos (Brand, 2016). A pesar de que Ramsés II viajaba por todo el país, todas las decisiones administrativas provenían de Menfis o Pi-Ramesses. La ciudad estaba dividida en cuatro partes; cada una estaba dedicada a una deidad distinta. En Egipto, las deidades asiáticas se hicieron cada vez más populares, mientras que Ramsés II también sentía pasión por ellas.
Más tarde, el joven faraón intentó asegurar las fronteras de Egipto y conquistar nuevos territorios. El reinado del faraón estuvo marcado por las batallas con libios y nubios. El levantamiento en Nubia cobró especial importancia, por lo que el faraón tuvo que sofocarlo. Aquí su victoria contra los hititas en la batalla de Kadesh fue una de las más conocidas. Esta batalla estalló entre los imperios hitita y egipcio. Lleva el nombre de la ciudad de Kadesh, donde tuvieron lugar los hechos. Esta historia comenzó cuando Ramsés II invadió a los hititas y atacó a los carros hititas, llegando a Kadesh desde el sur («Ramsés II. Biografía»). Los hititas ganaron, ya que los egipcios fueron incapaces de ocupar Kadesh y derrotar al ejército hitita, lo que provocó el fracaso de la invasión. Como resultado, ambos bandos se atribuyeron la victoria. Los historiadores modernos han llegado a la conclusión de que no hubo vencedores en esta batalla, con la victoria moral de los egipcios, que desarrollaron nuevas tecnologías, unieron su ejército y cambiaron el rumbo de la guerra, escapando de la muerte y el cautiverio. Marino se refirió a las diferentes fuentes, escribiendo que Ramsés II mató a dos mil enemigos solo (Marino, 2017). El autor dudó de la veracidad de esta historia; sin embargo, señaló, que el faraón probablemente mostró excelentes habilidades de liderazgo (Marino, 2017). Todos, excepto el faraón, se rindieron cuando sus vidas reales estaban en peligro (Marino, 2017). Cuando los historiadores lograron interpretar los verdaderos acontecimientos de aquel día, descubrieron por qué Ramsés II concluyó un tratado de paz entre los egipcios y los hititas. El faraón sabía que los hititas representaban una amenaza, ya que tenían una fuerte línea de defensa. El tratado de paz era la única forma de garantizar la seguridad pública, y Ramsés II fue el primer rey que consiguió negociar con sus enemigos. Ambas partes establecieron relaciones diplomáticas y el faraón se casó con la hija mayor del rey hitita. Los historiadores también suponen que más tarde tomó a otra princesa hitita como reina («Ramsés II. Biografía»).