La idea de que haya dinosaurios aún vivos ha cautivado la imaginación del público durante más de un siglo.
Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, publicó en 1912 una novela titulada «El mundo perdido», ambientada en la remota selva venezolana donde los dinosaurios aún sobreviven en tiempos modernos. Películas como «Parque Jurásico» y «Tierra perdida», que se estrena el viernes, se inspiraron en la visión de Conan Doyle; de hecho, la secuela de «Parque Jurásico» se tituló «El mundo perdido».
La película de animación «Up» (actualmente número 1 de la taquilla) también tiene lugar en este mundo perdido, y la trama implica el descubrimiento de un dinosaurio desconocido y multicolor.
Para la mayoría de nosotros, la ficción es suficiente. Sin embargo, algunos creen que los dinosaurios gigantes siguen existiendo en la actualidad, justo fuera del alcance de las pruebas científicas.
Monstruos lacustres
Hay cientos de lagos que albergan supuestos monstruos en todo el mundo, desde el escocés Lago Ness hasta el canadiense Lago Okanagan, pasando por el estadounidense Lago Champlain o el argentino Lago Nahuel.
Las explicaciones de estos monstruos incluyen dinosaurios y animales similares a los dinosaurios. Los creyentes e investigadores se preguntan qué otra cosa podría ser tan grande y explicar los avistamientos.
Muchos creen que los informes sobre monstruos lacustres y marinos pueden «explicarse» como animales como el plesiosaurio (un reptil acuático de cuello largo que alcanzaba los 40 pies de longitud) o el ictiosaurio (shonisaurus sikanniensis), que eran tan grandes como un submarino.
Mokele-Mbembe
En las remotas selvas del centro de África, las historias de los nativos hablan de una criatura parecida a un dinosaurio que se dice que mide hasta 35 pies de largo, con una piel gris parda y un cuello largo y flexible. Muchos creen que vive en cuevas que excava en las riberas de los ríos y que se alimenta de elefantes, hipopótamos y cocodrilos.
Roy Mackal, biólogo jubilado de la Universidad de Chicago que realizó dos expediciones en busca del Mokele-Mbembe, cree que las descripciones de la criatura sugieren «un pequeño dinosaurio saurópodo.»
A pesar de las más de dos docenas de búsquedas del «dinosaurio viviente» hasta el año pasado, las pruebas son esquivas. No hay fotografías ni películas de la criatura, no hay huesos ni dientes, no hay pruebas más allá de las historias y las anécdotas.
La sorprendente verdad
Por supuesto, el defecto fatal de la idea de que los dinosaurios gigantes todavía acechan en selvas remotas o en lagos fríos y profundos es que todas las pruebas sugieren que se extinguieron hace unos 65 millones de años. Muchos de los lagos que se dice que esconden dinosaurios se crearon hace sólo unos 10.000 años.
Si los dinosaurios hubieran existido hasta hace mucho más tiempo – digamos, la administración Nixon o incluso la época de Shakespeare – la probabilidad de que queden unos pocos dinosaurios enormes y solitarios podría ser plausible. Pero 65 millones de años es mucho tiempo para que los dinosaurios gigantes vivan y mueran sin dejar ningún fósil reciente.
Sin embargo, científicamente hablando, no todos los dinosaurios se extinguieron. La mayoría de nosotros vemos dinosaurios todos los días, y algunas personas incluso los tienen en sus casas. Los pájaros son la versión moderna de los dinosaurios, aunque ver a Will Ferrell o Jeff Goldblum corriendo aterrorizados de una paloma que se acerca no es muy dramático.
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Benjamin Radford es editor jefe de la revista científica Skeptical Inquirer. Sus libros, películas y otros proyectos se pueden encontrar en su sitio web. Su columna Bad Science aparece regularmente en LiveScience.
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