El rey Jerjes de Persia fue el monarca más poderoso del mundo que gobernó el Imperio Persa alrededor del año 486 a.C., que es donde aparece en la Cronología Bíblica con Historia Mundial. Era hijo del antiguo rey persa Darío I. Tradicionalmente se le considera el rey persa Asuero al que se refiere la historia bíblica de Ester.
Durante el tercer año del reinado de Jerjes, éste celebró un enorme festival para poder mostrar toda su riqueza a los altos gobernantes y funcionarios de su imperio. El rey Jerjes también tenía una esposa llamada la reina Vasti, y ella estaba celebrando una fiesta para las mujeres del imperio. A medida que avanzaban las ceremonias, el rey Jerjes convocó a la reina Vasti para que pudiera mostrar su belleza a los asistentes. En lugar de presentarse ante el rey, la reina se negó a escuchar la petición de su marido. Como fue desobediente a su rey, la reina Vasti fue desterrada para siempre de su presencia.
El rey Jerjes tuvo que enviar un decreto para que las mujeres no siguieran su ejemplo. Lo hizo para evitar los disturbios civiles que podrían haber resultado del abuso doméstico masivo y el caos dentro del imperio. Esta historia establece el trasfondo para el surgimiento de una mujer extremadamente hermosa llamada Ester y su primo piadoso Mardoqueo. Dios había decidido permitir que el pueblo de Judá fuera al cautiverio en Babilonia debido a sus pecados, y Mardoqueo era un jovencito cuando este incidente tuvo lugar. Mardoqueo tenía un tío llamado Abihail que tenía una hija llamada Hadasa. Ahora bien, Hadasa era una joven extremadamente hermosa, y también se llamaba Ester. Mardoqueo la había acogido en su casa después de que su padre Abihail y su madre habían fallecido. Ester creció segura dentro del cuidado de Mardoqueo, y también aprendió de él la importancia de su herencia judía. La gente de toda la región de Susa conocía la belleza de Ester. Un día el Rey Jerjes decidió encontrar una nueva reina, y había nombrado agentes dentro de cada provincia con el propósito de hacerlos responsables de encontrar hermosas hembras vírgenes para llevarlas al rey. Esta actividad se llevó a cabo durante un período antes de que dieran con Ester. Una vez que Ester fue elegida para esta tarea, Mardoqueo le recordó que nunca debía decirle al rey o a sus sirvientes sobre su identidad judía.
Ester finalmente se ganó el corazón del rey y sus sirvientes, y fue seleccionada para convertirse en la nueva reina de Persia. Mardoqueo ocupaba un puesto dentro del palacio del rey, y acudía a él todos los días para cumplir con sus obligaciones. Un día escuchó una conspiración entre dos guardias del rey que querían asesinar a Jerjes. Mardoqueo alertó al rey y se descubrió que los guardias eran traidores y fueron eliminados. El rey Jerjes agradeció la información de Mardoqueo, pero no lo recompensó. Mientras tanto, un poderoso príncipe del Imperio Persa llamado Amán se había convertido en el segundo gobernante más poderoso del país. El rey Jerjes dijo al pueblo que debían inclinarse ante él cada vez que lo vieran. Todos aceptaron este decreto, excepto Mardoqueo. Cada vez que Amán entraba en el palacio, todos los funcionarios se inclinaban, excepto Mardoqueo, y su desafío enfureció mucho a Amán. Amán decidió idear un complot para matar no sólo a Mardoqueo por su desafío, sino también al resto del pueblo judío. Amán era un agagita y su pueblo era viejo enemigo de los judíos. El primer ministro Amán influyó en el rey Jerjes para matar a un grupo de personas dentro de su imperio que eran diferentes al resto del pueblo porque no obedecían las leyes de la tierra. El primer ministro Amán había echado suertes antes de dirigirse al rey con esta petición. El primer ministro Amán echó suertes para poder determinar el mejor día para llevar a cabo el decreto del rey una vez aprobado. El rey aceptó su plan aunque no sabía que el pueblo era judío. El primer ministro Amán también decidió construir una plataforma colgante de 75 pies de altura para Mardoqueo.
Mientras se construía esta plataforma, el rey Jerjes había leído sus registros reales y se dio cuenta de que nunca recompensó a Mardoqueo por salvar su vida del complot de asesinato. Convocó a Amán y le preguntó qué debía hacer para honrar a un hombre por su servicio. El Primer Ministro Amán, naturalmente, pensó que estaba hablando de sí mismo y le dijo que vistiera al hombre con ropas reales y que lo llevara por las calles en su caballo real. El rey Jerjes le dijo al Primer Ministro Amán que hiciera esto por Mardoqueo y Amán se sintió humillado por la experiencia. Mardoqueo se enteró de lo que había hecho el Primer Ministro Amán y comenzó a desesperarse. Sabía que tenía que apelar a Ester para salvar al pueblo.
Ester quería salvar al pueblo, pero había un gran problema. Ella no podía ir a la presencia del rey; tenía que ser invitada, de lo contrario podría perder su vida. Mardoqueo tuvo que convencerla de que si no seguía con estas acciones, Dios iba a conseguir otro salvador para tomar su lugar y que ella sería asesinada. Ester aceptó, ayunó y fue a ver al rey. El rey honró su presencia y ella pidió un banquete de dos días con el rey y el primer ministro Amán. En el segundo día del banquete, la reina Ester reveló al rey lo que había sucedido, y Amán fue colgado en el poste que había diseñado para Mardoqueo. El pueblo judío logró evitar ser exterminado por los simpatizantes de Amán, y Mardoqueo fue elegido para su cargo. Dios utilizó a la reina Ester y a su primo el primer ministro Mardoqueo para salvar al pueblo judío de ser exterminado mientras estaba bajo el dominio del Imperio Persa. El Festival de Purim fue establecido por Mardoqueo para recordar al pueblo judío cómo fueron salvados por la Reina Ester y Mardoqueo del exterminio. Referencias bíblicas: El libro de Ester en la Biblia contiene toda la historia de Ester y Mardoqueo.
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