Tengo, como me dice mucha gente, «cara de niño». Durante toda mi vida, la gente siempre ha pensado que tengo al menos tres o cinco años menos de los que tengo. No sé exactamente qué es lo que me da mi cara de bebé: mis mejillas redondas, tal vez, o mis ojos circulares caricaturescos. Tal vez las pecas que salpican mi nariz y mis mejillas. En cualquier caso, cuando era adolescente, lo odiaba. Lo único que quería era aparentar 25 años. La gente me decía que cuando fuera mayor estaría agradecida de tener una cara tan querubínica. Por supuesto, esto me molestaba mucho. Pero hace un año y medio, cumplí 22 años y mi perspectiva cambió. Por primera vez, me encontré aceptando la idea de que me iban a sacar tarjeta en los bares hasta los 35 años. Finalmente, me alegré de tener una cara de bebé.
Pero justo cuando me había acostumbrado a mi joven rostro, un evaluador de edad profesional me reventó la burbuja. Según el exigente ojo de la Dra. Whitney Bowe, dermatóloga certificada, no parecería tener 22 años el resto de mi vida. De hecho, mi proceso de envejecimiento ya había comenzado. Bowe podía decir exactamente cómo seguiría envejeciendo mi cara. Incluso podía decir dónde y cuándo.
Las emociones y el envejecimiento facial
Hoy, tengo 24 años. Y según Bowe, voy a empezar a mostrar mi edad en los próximos tres o cuatro años, sobre todo gracias a una cosa molesta: mis expresiones faciales.
Cuando nos emocionamos, los músculos de la cara se contraen, lo que provoca arrugas en la piel. Con el paso de los años, cargados de emociones, estos pliegues repetitivos van dejando arrugas. Pero no todo el mundo se arruga de la misma manera. Según Bowe, existe un método sencillo para saber exactamente dónde aparecerán las futuras líneas de expresión de una persona, sin necesidad de herramientas ni conocimientos especiales.
«Durante una conversación, puedo saber en cinco minutos dónde está destinada a desarrollar arrugas una persona», dice. ¿Cómo? Se basa en el patrón de expresión de la persona. En otras palabras, la mayoría de nosotros tendemos a un tipo de expresión facial por defecto, independientemente de lo que estemos haciendo, y esto se revela a un observador atento en cuestión de minutos. «La gente entra en una de estas tres categorías», dice Bowe. Las categorías son…
Sonrientes
Este patrón de expresión parece ciertamente más agradable que fruncir el ceño constantemente. Pero, por desgracia, sigue provocando arrugas. Bowe dice que la gente tiende a entrecerrar los ojos cuando sonríe, así que si eres un sonriente por defecto, espera desarrollar patas de gallo en la delicada piel alrededor de los ojos. «Sonreír también puede contribuir a crear pliegues nasolabiales más pronunciados», dice Bowe, «esos grandes paréntesis de piel que se arquean hacia abajo desde los lados de la nariz hasta las comisuras de la boca».
Fruncir el ceño
Desgraciadamente, yo caigo de lleno en esta categoría. Incluso cuando no estoy enfadada -cuando simplemente estoy concentrada, o incluso sonriendo- mi cara tiende a arrugarse en un profundo ceño fruncido.
Con el paso de los años, fruncir el ceño repetidamente provoca ese impío par de líneas verticales entre las cejas. Bowe las llama los «11 enojados». A los 22 años, Bowe dijo que mis líneas de expresión ya eran visibles. (No es exactamente una cualidad del rostro de un bebé.)
Desde que me enteré de que soy una persona que frunce el ceño, a veces me sorprendo frunciendo el ceño en medio de una conversación y hago todo lo posible por relajar mi rostro. Aunque he tratado de reducir el ceño fruncido, a los 24 años, mis 11 enojados se han vuelto un poco más profundos. Dentro de 10 años, un dermatólogo me sugerirá invariablemente que me ponga bótox. (El jurado no sabe si lo haré o no.)
Levantar la frente
¿Has conocido a alguien que siempre parece sorprendido? «Levantar la frente, o parecer sorprendido, conduce a pliegues horizontales a través de la frente», dice Bowe.
Otros patrones de expresión a tener en cuenta
Además de estas tres categorías, hay algunos otros patrones de expresión. «Algunas personas tiran de las comisuras de la boca hacia abajo utilizando un músculo llamado depresor angular», explica Bowe. «Eso puede dar lugar a líneas de marioneta» a ambos lados de la boca. Otros tienden a apretar la barbilla, lo que «también puede crear un aspecto envejecido al hacer que la barbilla parezca una cáscara de naranja -lo llamamos peau d’orange», dice Bowe.
Cómo retrasar el envejecimiento facial
Entonces, aparte de paralizar nuestras caras, ¿qué se puede hacer para retrasar el proceso de envejecimiento? «Las repetidas contracciones musculares de la cara conducen a las arrugas», dice Bowe, «pero también pueden influir otras cosas como el daño solar, el estrés, los hábitos de vida y la genética». En términos de prevención, estos son los factores en los que debemos centrarnos.
Los dermatólogos coinciden en que el producto antienvejecimiento más importante para las mujeres de 20 años es la protección solar. «Puedes empezar a ver los resultados de la exposición al sol a los 30 años, así que asegúrate de aplicarte protección solar todos los días, incluso en invierno», dice Bowe. Bowe también es una gran defensora de la aplicación de sueros antioxidantes antes de la protección solar. «Los factores de estrés ambiental, como los rayos UV, los rayos infrarrojos y la contaminación, pueden crear radicales libres, y la protección solar simplemente no es suficiente para protegerte de todo ese daño».
Asegurarse de limpiar la piel cada noche e hidratarla con productos de ácido hialurónico también ayuda a evitar las líneas finas y las arrugas, dice Bowe. «Tampoco está de más empezar a aplicar un retinol por la noche antes de acostarse para ayudar a iluminar e igualar el tono de la piel».
Cualquier cosa que ayude a mantener esa cara de bebé.
Para empezar, echa un vistazo a estos productos para prevenir las arrugas que aparecen a continuación.
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