Enfermedad arterial periférica (EAP)

Manejo y tratamiento

¿Cómo se trata la EAP?

Cambios en el estilo de vida, medicamentos y procedimientos intervencionistas son los tratamientos disponibles para la EAP.

Cambios en el estilo de vida. El tratamiento inicial de la arteriopatía periférica incluye la introducción de cambios en el estilo de vida para reducir los factores de riesgo. Los cambios que puede realizar para controlar su enfermedad incluyen:

  • Dejar de fumar. Pregunte a su médico sobre los programas para dejar de fumar disponibles en su comunidad.
  • Lleve una dieta equilibrada con alto contenido en fibra y baja en colesterol, grasa y sodio. Limite las grasas al 30 por ciento del total de calorías diarias. Las grasas saturadas no deben representar más del 7 por ciento del total de calorías. Evite las grasas trans, incluidos los productos elaborados con aceites vegetales parcialmente hidrogenados e hidrogenados. Si tiene sobrepeso, perder peso le ayudará a reducir el colesterol total y a aumentar el colesterol HDL (bueno). Un dietista titulado puede ayudarle a realizar los cambios dietéticos adecuados.
  • Ejercicio. Comience un programa de ejercicio regular, como caminar. Caminar es muy importante y puede ayudar al tratamiento de la EAP. Los pacientes que caminan con regularidad pueden esperar una notable mejora en la distancia que son capaces de caminar antes de experimentar dolor en las piernas. (Véase el recuadro sobre el programa de caminatas)
  • Controle otros problemas de salud, como la hipertensión arterial, la diabetes o el colesterol alto.
  • Practique un buen cuidado de los pies y la piel para prevenir infecciones y reducir el riesgo de complicaciones. (Véase el recuadro de pautas para el cuidado de los pies)

Se pueden recomendar medicamentos para tratar afecciones como la presión arterial alta (medicamentos antihipertensivos) o el colesterol alto (medicamentos con estatinas).

Se puede recetar un medicamento antiplaquetario como la aspirina o el clopidogrel (Plavix) para reducir el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Programa de caminatas

Medicina Vascular y Cardiología Preventiva y Rehabilitación ofrecen un programa estructurado de caminatas supervisadas para ayudarle a tener éxito y maximizar sus esfuerzos de ejercicio. Llame al 216.444.4420 o al 800.223.2273 ext. 4420 para concertar una cita.

El cilostazol (Pletal) puede recetarse para mejorar la distancia recorrida. Se ha demostrado que este medicamento ayuda a las personas con claudicación intermitente a hacer ejercicio durante más tiempo antes de desarrollar dolor en las piernas y a caminar más tiempo antes de tener que dejar de hacerlo a causa del dolor. Sin embargo, no todos los pacientes pueden tomar esta medicación. Su médico le dirá si es elegible.

Procedimientos de intervención. La arteriopatía periférica más avanzada puede tratarse con procedimientos intervencionistas como la angioplastia (para ensanchar o despejar el vaso bloqueado), la angioplastia con colocación de stent (para sostener el vaso despejado y mantenerlo abierto) o la aterectomía (para eliminar la obstrucción).

En algunos casos, pueden realizarse procedimientos quirúrgicos como la cirugía de derivación arterial periférica para redirigir el flujo sanguíneo alrededor de la obstrucción del vaso sanguíneo.

Actualmente se están investigando nuevas terapias. Pregunte a su médico si hay otras opciones de tratamiento disponibles para usted.

Si se recomienda alguno de estos procedimientos, su equipo de atención médica le dará más información sobre los mismos para que sepa lo que puede esperar.

¿Se puede curar la arteriopatía periférica?

No hay cura para la arteriopatía periférica. Dejar de fumar, hacer ejercicio con regularidad, limitar las grasas y seguir una dieta saludable, así como controlar los factores de riesgo -como la diabetes, el colesterol alto y la hipertensión- pueden ayudar a reducir la progresión de la enfermedad.

Pautas para el cuidado de los pies

Todos los días, examine sus piernas, así como la parte superior e inferior de los pies y las zonas entre los dedos. Compruebe si hay ampollas, cortes, grietas, arañazos u otras llagas. Comprueba también si hay enrojecimiento, aumento del calor, uñas encarnadas, callos y durezas. Utilice un espejo para ver la pierna o el pie si es necesario, o pida a un familiar que mire la zona por usted.

Una o dos veces al día, aplique una crema o loción hidratante en las piernas y en la planta y parte superior de los pies para evitar que la piel se reseque y se agriete. No aplique la loción entre los dedos de los pies ni en las zonas donde haya una llaga o un corte abierto. Si la piel está extremadamente seca, utilice la crema hidratante con más frecuencia. Cuida las uñas de los pies con regularidad. Córtese las uñas de los pies después del baño, cuando estén blandas. Corte las uñas de los pies en línea recta y alíselas con una lima de uñas.

Si tiene diabetes, es importante que acuda a un podólogo.

No se autotrate los callos, las durezas u otros problemas de los pies. Acuda a un podólogo para tratar estas afecciones.

No espere para tratar un problema menor en los pies o en la piel. Siga las indicaciones de su médico.

Otras pruebas pueden incluir la angiografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética.

Durante la angiografía (también llamada arteriografía), se inyecta material de contraste (tinte) en los vasos sanguíneos que se están examinando, y se producen imágenes de rayos X del interior de los vasos sanguíneos para evaluar el flujo sanguíneo y detectar posibles obstrucciones.

Una tomografía computarizada es una técnica en la que se toman múltiples radiografías desde diferentes ángulos en un período de tiempo muy corto. Las imágenes son recogidas por un ordenador y en el monitor se muestran «cortes» transversales del vaso sanguíneo.

La RMN utiliza potentes imanes para crear imágenes de los órganos internos y los vasos sanguíneos.

Cómo controlar la arteriopatía periférica

A pesar de la prevalencia de la arteriopatía periférica, está sorprendentemente infradiagnosticada e infratratada (3). La buena noticia es que, aunque la arteriopatía periférica es una enfermedad grave con consecuencias potencialmente graves, es tratable. Al igual que la mayoría de las enfermedades, la arteriopatía periférica es más tratable cuando se detecta a tiempo. Los mismos consejos para mantener un corazón sano se aplican para mantener una circulación sana en general:

  • Controlar el peso
  • Consumir una dieta baja en grasas y azúcares que incluya al menos cinco raciones de frutas y verduras frescas cada día
  • No fumar.
  • Con la aprobación de su médico, haga ejercicio, realizando una actividad que le guste, durante al menos 30 minutos al día la mayoría de los días de la semana.

Si padece una enfermedad cardíaca, debe hablar de sus factores de riesgo de arteriopatía periférica con su médico e informarle de cualquier síntoma que tenga, como dolor, debilidad o entumecimiento en las piernas. El médico puede solicitar una prueba sencilla, conocida como índice tobillo-brazo (ITA), para diagnosticar la arteriopatía periférica. La prueba del ITA consiste en medir las presiones sanguíneas de los brazos y las piernas mediante un dispositivo Doppler manual.

Si ya padece una arteriopatía periférica leve, el médico puede prescribirle un tratamiento con ejercicios, cambios en la dieta, dejar de fumar y medicación. Los medicamentos más comunes que se recetan para la aterosclerosis y la arteriopatía periférica son los antiagregantes plaquetarios (como la aspirina o el clopidogrel) y los medicamentos para reducir el colesterol («estatinas»). Lo mejor que puede hacer por sí mismo en esta situación es dejar de fumar, controlar su presión arterial alta, tomar sus medicamentos y controlar su diabetes.

También es muy importante que los pacientes con arteriopatía periférica cuiden especialmente los pies para evitar que se produzcan llagas que no cicatricen. Entre los componentes importantes del cuidado de los pies de los pacientes con arteriopatía periférica se encuentran los siguientes: llevar un calzado cómodo y adecuado; inspeccionar los pies con regularidad en busca de llagas; mantener los pies limpios y bien hidratados; y cuidar con regularidad las uñas de los pies. En algunos casos, los pacientes con arteriopatía periférica son remitidos a un podólogo para que les proporcione cuidados especializados de los pies.

Otros tratamientos para la arteriopatía periférica

La arteriopatía periférica más avanzada que causa dolor intenso y limitación de la movilidad puede requerir un tratamiento endovascular (es decir, mínimamente invasivo) o quirúrgico. Algunos de los mismos tratamientos que se utilizan para las enfermedades cardíacas también se emplean para tratar la EAP.

Angioplastia con balón:

En este procedimiento, se pasa un globo en miniatura a través de un catéter hasta las arterias. A medida que el globo se expande dentro de la arteria, empuja contra la placa y abre la arteria.

Stents:

Son pequeñas bobinas metálicas de soporte que se insertan en las arterias. Una vez colocados, los stents se expanden contra la pared interior del vaso sanguíneo para sostenerlo y mantenerlo abierto. Los stents pueden colocarse a través de una pequeña abertura mediante catéteres (tubos largos y finos) sin necesidad de una intervención quirúrgica importante.

Cirugía de bypass:

De forma similar al bypass cardíaco, un cirujano utiliza una sección de la vena sana del paciente o un sustituto sintético para crear un bypass alrededor de la zona bloqueada en la arteria de la pierna. Esto suele reservarse para la EAP más grave.

Con un diagnóstico precoz, cambios en el estilo de vida y tratamiento, se puede evitar que la EAP empeore. De hecho, algunos estudios han demostrado que los síntomas debidos a la arteriopatía periférica pueden revertirse con el ejercicio combinado con un cuidadoso control del colesterol y la presión arterial. Si cree que corre el riesgo de padecer arteriopatía periférica o que ya tiene la enfermedad, hable con su médico de atención primaria o con su cardiólogo para que pueda iniciar un programa de prevención o tratamiento lo antes posible. Con un diagnóstico y un tratamiento adecuados, podrá seguir disfrutando de las cosas buenas de la vida, como ir de compras, hacer turismo y jugar al golf.

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