Qué buscar al comprar chirimoyas
Las chirimoyas tienen un color que va desde el verde muy intenso al verde amarillento. Se vuelven marrones cuando son viejas. La fruta se recoge cuando aún está firme y se deja madurar en el árbol. La fruta completamente madura es extremadamente blanda y frágil y se dañaría fácilmente en el mercado, así que espere unos días desde la compra para disfrutar de su chirimoya.
Cuando están maduras son muy blandas y tienen una textura parecida a la de las natillas, como un plátano demasiado maduro, pero sin la calidad del almidón. La pulpa está salpicada de semillas parecidas a las de las judías, que son venenosas.
Sostenibilidad de las chirimoyas
Los árboles de chirimoya suelen estar libres de enfermedades. Las plagas más comunes son las hormigas y los caracoles, que intentan trepar por los árboles para llegar a los dulces frutos, pero que pueden disuadirse fácilmente con barreras físicas alrededor del tronco.
Cherimoyas Estacionalidad
Las chirimoyas maduran de octubre a mayo, pero la temporada de crecimiento precisa fluctúa ligeramente según las condiciones meteorológicas.
Las chirimoyas y la geografía
Las chirimoyas requieren un clima muy específico para crecer. Les gusta el sol, pero se queman si se exponen demasiado. Sólo toleran heladas cortas y ligeras, pero necesitan entre 50 y 100 horas de frío (exposición a temperaturas frías que liberan al árbol del letargo) para producir frutos. Necesitan un buen remojo durante su ciclo de crecimiento, pero son susceptibles de sufrir la podredumbre de las raíces si permanecen húmedas durante demasiado tiempo. Estas exigencias precisas limitan mucho la viabilidad comercial del chirimoyo. En la actualidad, esa zona se limita a las áreas costeras y de piedemonte del sur de California que están ligeramente elevadas y a unas tres a 15 millas del océano. La producción ha tenido un éxito limitado en zonas más cálidas al norte de San Francisco y ligeramente hacia el interior, pero los árboles no toleran el calor del desierto. La demanda de chirimoyas en California es tan alta que muy poca fruta sale del estado.
Las chirimoyas son nativas de los valles de Ecuador, Colombia y Perú. La fruta se ha naturalizado en toda América Central y del Sur. En Estados Unidos, las chirimoyas se plantaron por primera vez en 1790 en Hawai, donde la fruta se ha naturalizado desde entonces, y en California en 1871. Aunque en Florida hubo algunos intentos fallidos de cultivar chirimoyas, Hawái y California son los dos únicos estados que han demostrado ser aptos para el cultivo de la fruta, siendo este último el único estado que produce chirimoyas comercialmente.
Cómo comer las chirimoyas
Conservación de las chirimoyas frescas
Las chirimoyas completamente maduras pueden conservarse en el frigorífico durante uno o dos días, pero no más.
Cocinar con chirimoyas
La delicada textura de las chirimoyas es una delicia para disfrutarla sin alteraciones. Basta con lavar la fruta, cortarla por la mitad desde el tallo hasta el extremo de la flor y sacar la tierna y cremosa pulpa, teniendo cuidado de retirar las semillas. La fruta está exquisita tal como está, quizá ligeramente fría, tal vez con un chorrito de lima por encima. Si quiere ser creativo, disfrute de las chirimoyas de formas que resalten su sabor y textura:
- Batidos y licuados: La textura cremosa de la fruta se presta a la mezcla. Combine la pulpa de chirimoya con otras frutas, como plátanos, piña en trozos o algunas bayas, o mézclela sola con un chorrito de leche de coco para obtener un batido cremoso sin lácteos.
- Ensalada: Las chirimoyas son una sorprendente adición a una ensalada de frutas. La suave textura de esta fruta es ideal para cualquier mezcla, pero resulta especialmente deliciosa junto con el melón u otras frutas tropicales como el mango.
- Tarta: Se puede preparar un postre fácil en un momento horneando una cáscara de tarta vacía y rellenándola con pulpa de chirimoya triturada. Cubra con bayas y unas gotas de zumo de limón o lima y el postre estará listo.
- La hora del cóctel: Lleva tu piña colada al siguiente nivel haciendo un puré de chirimoyas con piel y semillas con la leche de coco y la piña. Ron, opcional.