Se entiende que el TOD es un resultado potencial de problemas de desarrollo, por lo que pueden ser necesarios varios tipos de terapia para abordar las causas subyacentes del trastorno. La terapia cognitivo-conductual es útil porque enseña herramientas adecuadas de comunicación, especialmente en la expresión de la ira o el miedo. La TCC también ayuda a condicionar las tácticas de resolución de problemas que pueden ayudar a hombres y mujeres a superar la ira y la frustración. Aún más, la Terapia Dialéctica Conductual y las técnicas de atención plena ayudan a quienes desean sanar al obtener un sentido del cuerpo, el espacio y la emoción sin juzgarse a sí mismos.
Una persona con TOD puede ser angustiante para toda su familia. Los cónyuges o los padres pueden sentirse frustrados porque su ser querido no escucha o han sido objeto de violencia física a manos de la persona afectada. La terapia familiar puede ayudar a facilitar una comunicación eficaz. Algunas investigaciones muestran que el TOD puede ser el resultado de una crianza con demasiado refuerzo negativo. El individuo sabe que su comportamiento disruptivo le hace llamar la atención. Este patrón puede prolongarse en las etapas adulta y geriátrica de la vida. La terapia familiar puede capacitar a los individuos para utilizar tácticas de refuerzo positivo y límites para que todos sean respetados y seguros.
La terapia de grupo es útil cuando se trata de aprender comportamientos sociales aceptables en un entorno del mundo real. Pacific Solstice adaptará su plan de tratamiento y proporcionará salidas para el estrés y la preocupación.
Por último, la evaluación de la salud intestinal y los metabolitos de los neurotransmisores puede aportar información sobre los desequilibrios específicos que pueden estar causando problemas de comportamiento. El tratamiento requiere un enfoque integrador para garantizar la seguridad a largo plazo del paciente y su familia.