Tu expansivo genoma
El conjunto completo de tu ADN se llama genoma. Contiene 3.000 millones de bases, 20.000 genes y ¡23 pares de cromosomas!
Heredas la mitad de tu ADN de tu padre y la otra mitad de tu madre. Este ADN proviene del esperma y del óvulo, respectivamente.
Los genes, en realidad, constituyen muy poco de tu genoma: sólo el 1 por ciento. El otro 99 por ciento ayuda a regular cosas como cuándo, cómo y en qué cantidad se producen las proteínas.
Los científicos siguen aprendiendo cada vez más sobre este ADN «no codificante».
Daños y mutaciones del ADN
El código del ADN es propenso a sufrir daños. De hecho, se estima que cada día se producen decenas de miles de daños en el ADN en cada una de nuestras células. El daño puede producirse debido a cosas como los errores en la replicación del ADN, los radicales libres y la exposición a la radiación UV.
¡Pero no hay que temer! Sus células tienen proteínas especializadas que son capaces de detectar y reparar muchos casos de daños en el ADN. De hecho, existen al menos cinco vías principales de reparación del ADN.
Las mutaciones son cambios en la secuencia del ADN. A veces pueden ser malas. Esto se debe a que un cambio en el código del ADN puede tener un impacto posterior en la forma en que se fabrica una proteína.
Si la proteína no funciona correctamente, puede producirse una enfermedad. Algunos ejemplos de enfermedades que se producen debido a mutaciones en un solo gen incluyen la fibrosis quística y la anemia de células falciformes.
Las mutaciones también pueden conducir al desarrollo del cáncer. Por ejemplo, si los genes que codifican las proteínas implicadas en el crecimiento celular están mutados, las células pueden crecer y dividirse sin control. Algunas mutaciones que causan cáncer pueden ser heredadas, mientras que otras pueden adquirirse a través de la exposición a carcinógenos como la radiación UV, los productos químicos o el humo del cigarrillo.
Pero no todas las mutaciones son malas. Las adquirimos todo el tiempo. Algunas son inofensivas y otras contribuyen a nuestra diversidad como especie.
Los cambios que se producen en más del 1 por ciento de la población se denominan polimorfismos. Ejemplos de algunos polimorfismos son el color del pelo y de los ojos.
El ADN y el envejecimiento
Se cree que los daños no reparados en el ADN pueden acumularse a medida que envejecemos, ayudando a impulsar el proceso de envejecimiento. ¿Qué factores pueden influir en esto?
Algo que puede desempeñar un gran papel en el daño del ADN asociado al envejecimiento es el daño debido a los radicales libres. Sin embargo, este único mecanismo de daño puede no ser suficiente para explicar el proceso de envejecimiento. También pueden estar implicados varios factores.
Una teoría sobre por qué se acumula el daño en el ADN a medida que envejecemos se basa en la evolución. Se cree que el daño en el ADN se repara más fielmente cuando estamos en edad reproductiva y tenemos hijos. Una vez superada la edad reproductiva, el proceso de reparación decae de forma natural.
Otra parte del ADN que puede estar implicada en el envejecimiento son los telómeros. Los telómeros son tramos de secuencias repetitivas de ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas. Ayudan a proteger el ADN de los daños, pero también se acortan con cada ronda de replicación del ADN.
El acortamiento de los telómeros se ha asociado al proceso de envejecimiento. También se ha descubierto que algunos factores del estilo de vida, como la obesidad, la exposición al humo del cigarrillo y el estrés psicológico, pueden contribuir al acortamiento de los telómeros.
¿Quizás tomar decisiones de estilo de vida saludable como mantener un peso saludable, controlar el estrés y no fumar puede ralentizar el acortamiento de los telómeros? Esta pregunta sigue siendo de gran interés para los investigadores.