Efecto de expectativa

Definición de efecto de expectativa

Un efecto de expectativa ocurre cuando una creencia incorrecta sostenida por una persona, el perceptor, sobre otra persona, el objetivo, lleva al perceptor a actuar de tal manera que provoca el comportamiento esperado del objetivo. Por ejemplo, si a María se le dice que un nuevo compañero de trabajo, Juan, es antipático, puede actuar de forma más reservada con él, abstenerse de iniciar conversaciones con él y no incluirlo en las actividades. Juan podría responder al comportamiento distante de María no iniciando conversaciones o actividades con ella, confirmando así su expectativa de que es antipático. Los efectos de expectativa son, por tanto, una subcategoría de las profecías autocumplidas que se producen en un contexto interpersonal.

Antecedentes del efecto de expectativa

Las profecías autocumplidas han sido observadas y estudiadas durante mucho tiempo por los científicos sociales. Las quiebras bancarias de la Gran Depresión se ofrecen con frecuencia como un ejemplo clásico: Un rumor inexacto circulaba que un banco estaba a punto de quebrar. Esto provocaba una avalancha de clientes que se apresuraban a retirar sus fondos antes de que el banco se quedara sin dinero. Los bancos, por supuesto, no tienen suficiente efectivo a mano para cubrir todos sus depósitos, por lo que una corrida hacia el banco acabaría forzando su quiebra, víctima de las falsas expectativas de sus clientes.

La investigación sobre los efectos de las expectativas comenzó con el trabajo de Robert Rosenthal, que estudió las expectativas de los experimentadores. Rosenthal demostró que a veces los experimentadores pueden obtener sus resultados en parte porque sus expectativas les llevaron a tratar a sus participantes experimentales de forma sesgada, provocando el comportamiento hipotetizado. Este trabajo llevó a la conclusión de que los investigadores deben diseñar sus estudios para evitar los efectos de las expectativas de los experimentadores. Afortunadamente, hay una solución fácil para este problema: si se realizan estudios en los que los experimentadores son ciegos a la condición experimental de los participantes (es decir, si no saben qué participantes están en los grupos experimental y de control), entonces es imposible que sesguen las respuestas de sus participantes. El diseño experimental de doble ciego sigue siendo hoy el estándar de oro de la investigación.

La investigación sobre los efectos de la expectativa se dirigió entonces a otros contextos interpersonales. El clásico estudio Pygmalion in the Classroom demostró que los estudiantes a los que se les dijo a los profesores que eran estudiantes de alto rendimiento académico (pero que en realidad sólo habían sido etiquetados como tales al azar) mostraron ganancias significativas en el coeficiente intelectual a lo largo del año escolar en comparación con los estudiantes que no habían sido etiquetados como estudiantes de alto rendimiento académico.

Investigación actual sobre el efecto de la expectativa

La investigación actual sobre los efectos de la expectativa ha ido más allá de las meras demostraciones de que se producen para identificar y comprender las variables teóricas y metodológicas que moderan los efectos de la expectativa.

En otras palabras, ¿para qué tipo de personas y en qué tipo de situaciones es más probable que se produzcan efectos de expectativa?

Las investigaciones que examinan estas cuestiones indican que, aunque hay diferencias individuales que moderan los efectos de expectativa, como la autoestima, el género y la rigidez cognitiva, los factores situacionales, como el poder relativo del perceptor y del objetivo y el tiempo que llevan conociéndose, parecen ser predictores más importantes de los efectos de expectativa. Es más probable que se produzca un efecto de expectativa cuando el perceptor está en una posición de mayor poder que el objetivo (como en una relación profesor-alumno) y cuando el perceptor y el objetivo no se han conocido previamente. Cuanto más tiempo se conozcan los individuos, menos probable será que los perceptores se formen o se vean influenciados por expectativas incorrectas.

En relación con esto, gran parte de la investigación reciente en esta área se ha dedicado a la cuestión de determinar cuán poderosos son los efectos de las expectativas en contextos que ocurren naturalmente, en contraposición con el laboratorio. Los experimentos de laboratorio suelen producir efectos de expectativa de mayor magnitud. En el mundo real, los efectos de exactitud (es decir, cuando las expectativas formadas por el perceptor reflejan las habilidades o rasgos reales del objetivo) parecen ser más frecuentes que los efectos de expectación, que ocurren con menos frecuencia o tienden a ser de menor magnitud.

Otra cuestión importante en esta área se refiere a la mediación de los efectos de expectación; en otras palabras, ¿cuáles son los comportamientos por los que las expectativas de los perceptores se comunican al objetivo? Aunque los comportamientos mediadores específicos dependen del contexto de la interacción, la gran mayoría pueden clasificarse en las dimensiones de afecto o esfuerzo. El afecto se refiere al clima socioemocional que crea el perceptor, e implica principalmente señales no verbales asociadas a la calidez y la amabilidad. Así, un profesor que tiene grandes expectativas para un alumno sonreirá más, utilizará un tono de voz más amable y establecerá más contacto visual con el alumno. El esfuerzo se refiere principalmente a la frecuencia e intensidad de las interacciones entre el perceptor y el objetivo. Un profesor con expectativas positivas sobre un alumno, por ejemplo, intentará enseñar más material y más difícil a ese alumno, hará más preguntas y pasará más tiempo hablando con el alumno.

Importancia de los efectos de las expectativas

Debido a que las expectativas inexactas pueden tener ramificaciones tan serias, éste sigue siendo un tema de investigación psicológica social con una importancia considerable tanto en el ámbito metodológico como en el del mundo real. Por ejemplo, saber que las expectativas de los experimentadores pueden sesgar involuntariamente sus resultados ha conducido a importantes mejoras en la forma en que los investigadores diseñan y llevan a cabo los experimentos, tanto en psicología como en otros campos como la medicina.

De mayor importancia social es comprender el papel que las expectativas de los demás sobre una persona pueden desempeñar en la determinación de los resultados de una persona en la vida, que van desde eventos tan triviales como si se lleva bien con un nuevo compañero de trabajo hasta asuntos de enorme importancia, como si finalmente tiene éxito o fracasa en la escuela. Decir que las expectativas pueden tener consecuencias autocumplidas es, por tanto, un mensaje tanto de advertencia como de esperanza. Es un mensaje de advertencia porque las expectativas negativas inexactas pueden condenar a una persona que, por lo demás, es capaz de alcanzar todo su potencial. También es un mensaje de esperanza, porque las expectativas positivas por parte de una persona importante en la vida de uno -padre, profesor, empleador- pueden ayudar a conducir a uno a logros que antes sólo soñaba.

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