La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las formas de psicoterapia más practicadas en la actualidad. Se centra en ayudar a las personas a aprender cómo sus pensamientos colorean y pueden realmente cambiar sus sentimientos y comportamientos. Suele estar limitada en el tiempo y centrada en los objetivos, tal y como la practican la mayoría de los psicoterapeutas en los Estados Unidos hoy en día.
La terapia conductual dialéctica (TDC) es una forma específica de terapia cognitivo-conductual. La TDC trata de basarse en los fundamentos de la TCC, para ayudar a mejorar su eficacia y abordar las preocupaciones específicas que la fundadora de la TDC, la psicóloga Marsha Linehan, vio como déficits en la TCC.
La TDC hace hincapié en los aspectos psicosociales del tratamiento: cómo una persona interactúa con los demás en diferentes entornos y relaciones. La teoría en la que se basa el enfoque es que algunas personas son propensas a reaccionar de forma más intensa y fuera de lo normal ante determinadas situaciones emocionales, principalmente las que se dan en las relaciones románticas, familiares y de amistad. La DBT se diseñó originalmente para ayudar a tratar a las personas con trastorno límite de la personalidad, pero ahora se utiliza para tratar una amplia gama de preocupaciones.
La teoría de la DBT sugiere que los niveles de excitación de algunas personas en determinadas situaciones pueden aumentar mucho más rápidamente que los de la persona media. Esto lleva a la persona a alcanzar un nivel de estimulación emocional mucho más alto de lo normal, y puede llevar un tiempo considerable volver a los niveles normales de excitación emocional.
La terapia dialéctica conductual difiere en la práctica en un aspecto importante. Además de las sesiones individuales semanales de psicoterapia, la mayoría de los tratamientos de TDC también incluyen un componente semanal de terapia de grupo. En estas sesiones de grupo, las personas aprenden habilidades de uno de los cuatro módulos diferentes: eficacia interpersonal, habilidades de tolerancia a la angustia/aceptación de la realidad, regulación de las emociones y habilidades de atención plena. Un entorno de grupo es un lugar ideal para aprender y practicar estas habilidades, ya que ofrece un entorno seguro y de apoyo.
Tanto la TCC como la TDC pueden incorporar la exploración del pasado o la historia de un individuo, para ayudarle a entender mejor cómo puede haber impactado en su situación actual. Sin embargo, la discusión del pasado no es un enfoque en ninguna de las dos formas de terapia, ni es una diferenciación entre las dos formas (depende completamente del psicoterapeuta individual).
Si la terapia cognitiva-conductual o la terapia dialéctica-conductual es adecuada para usted es una determinación que se hace mejor en conjunto con un terapeuta experimentado. Ambos tipos de psicoterapia tienen un fuerte respaldo de la investigación y se ha demostrado que ayudan a una persona con una amplia gama de problemas de salud mental.
¿Quieres saber más sobre la DBT?
Consulte nuestro artículo que proporciona una visión general de la terapia dialéctica conductual.