¿Te gustan los s’mores? ¿A quién no, verdad? Todos esos malvaviscos, chocolates y galletas, todos juntos. Nos da hambre sólo de pensar en ellos.
Por supuesto, una de nuestras partes favoritas de hacer s’mores es asar los malvaviscos sobre un fuego abierto. Nos encanta ver cómo las llamas suben y bajan, tostando lentamente los malvaviscos hasta que se doran a la perfección.
Es fácil quedarse embelesado con el parpadeo de las llamas. Disfrutamos viendo los diferentes colores que adquieren al arder con fuerza. Aunque la mayoría de las llamas oscilan entre las tonalidades del naranja y el amarillo, también vislumbramos de vez en cuando otros colores, como el rojo, el blanco y el azul. Los científicos definen la combustión (lo que llamamos arder) como una reacción entre un combustible, como el gas natural, el petróleo o la madera, con un compuesto oxidante, como el oxígeno. La combustión genera calor y luz. Podemos sentir fácilmente el calor de la combustión, y podemos ver la luz emitida en forma de llamas.
Las llamas toman diferentes colores por varias razones. Dos de los factores más importantes son la temperatura y la composición química del combustible. Veamos primero el efecto que tiene la temperatura en el color de las llamas.
Los científicos han aprendido que las llamas rojas corresponden a temperaturas de 980º F hasta 1.800º F. Las llamas se vuelven anaranjadas cuando la temperatura alcanza los 2.000º F a 2.200º F. Cuando las temperaturas se acercan a los 2.400º F a 2.700º F, las llamas aparecen de color blanco.
Puede comprobar estas diferencias usted mismo observando la llama de una vela o un trozo de madera ardiendo. La parte de la llama más cercana a la vela o a la madera suele ser blanca, ya que la temperatura suele ser mayor cerca de la fuente de combustible. Cuanto más se aleja la llama de la fuente de combustible, la temperatura disminuye, por lo que la mayor parte de la llama suele ser de color naranja mientras que la punta es de color rojo.
Hay otro color que puede haber visto aparecer en las llamas de forma habitual: el azul. Por ejemplo, si tiene una estufa de gas en casa o ha visto alguna vez una en funcionamiento, sabrá que las llamas de gas natural son principalmente azules. Del mismo modo, la parte de una llama más cercana a una vela o a un trozo de madera también puede tener azul mezclado con el blanco.
El color azul indica una temperatura aún más caliente que el blanco. Las llamas azules suelen aparecer a una temperatura de entre 2.600º F y 3.000º F. Las llamas azules tienen más oxígeno y se calientan más porque los gases arden más calientes que los materiales orgánicos, como la madera. Cuando el gas natural se enciende en el quemador de una estufa, los gases arden rápidamente a una temperatura muy alta, produciendo principalmente llamas azules.
Aunque las variaciones de temperatura explican la mayoría de los colores visibles en las llamas, la composición química del combustible también puede ser un factor. Por ejemplo, los combustibles fósiles comunes, como el gas natural y el petróleo, están formados principalmente por compuestos de hidrocarburos, que emiten luz en el espectro azul.
Si hay otros elementos químicos presentes, pueden emitir sus propias longitudes de onda de luz cuando se queman. Por ejemplo, el elemento litio producirá una llama rosa, mientras que el elemento tungsteno producirá una llama verde.