Los científicos son conocidos por hacer predicciones dramáticas sobre el futuro – y los robots siniestros vuelven a estar en el punto de mira ahora que la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta de marketing para todo tipo de marcas diferentes.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, se afirmaba que los coches voladores estaban a la vuelta de la esquina y que todos los problemas energéticos se resolverían con la energía de fusión a finales del siglo XX. Pero décadas después, no parece que estemos mucho más cerca de que ninguna de esas predicciones se haga realidad.
Entonces, ¿qué es toda esta charla -alimentada por gente como el barón del espacio, Elon Musk- sobre los robots que se apoderan del mundo?
Los pesimistas predicen que los robots pondrán en peligro los puestos de trabajo en todo el mundo, y no sólo en la producción industrial. Afirman que los robots periodistas, los robots médicos y los robots abogados sustituirán a los expertos humanos. Y, como consecuencia de la fusión de la clase media, habrá pobreza masiva e inestabilidad política.
Los optimistas predicen un nuevo paraíso en el que todos los tediosos problemas de las relaciones humanas podrán superarse teniendo una vida perfecta con compañeros robots fácilmente reemplazables, que satisfarán nuestras necesidades básicas así como nuestros anhelos más profundos. Y el «trabajo» se convertirá en un concepto antiguo.
Los pesimistas, sin embargo, pueden relajarse y los optimistas deben enfriar sus botas. Como expertos en el campo de la robótica, creemos que los robots serán mucho más visibles en el futuro, pero -al menos durante las próximas dos décadas- serán claramente reconocibles como máquinas.
Esto se debe a que aún queda mucho camino por recorrer antes de que los robots sean capaces de igualar una serie de habilidades humanas fundamentales. He aquí cinco razones por las que los robots no están a punto de dominar el mundo.
Manos similares a las humanas
Los científicos están lejos de replicar la complejidad de las manos humanas. Las manos de los robots que se utilizan hoy en día en aplicaciones reales son torpes. Las manos más sofisticadas desarrolladas en los laboratorios no son lo suficientemente robustas y carecen de la destreza de las manos humanas.
Percepción táctil
No hay rival técnico para la magnífica piel humana y animal que engloba diversos sensores táctiles. Esta percepción es necesaria para la manipulación compleja. Además, el software que procesa la entrada de los sensores en los robots no es ni de lejos tan sofisticado como el cerebro humano a la hora de interpretar y reaccionar a los mensajes recibidos de los sensores táctiles.
Control de la manipulación
Incluso si tuviéramos manos artificiales comparables a las humanas y una piel artificial sofisticada, todavía tendríamos que ser capaces de diseñar una manera de controlarlas para manipular objetos de una manera similar a la humana. Los niños humanos tardan años en hacerlo y no se entienden los mecanismos de aprendizaje.
Interacción entre humanos y robots
La interacción entre humanos se basa en el buen funcionamiento de los sistemas de reconocimiento del habla y de los objetos, así como de otros sensores como el olfato y el gusto y la detección táctil. Aunque se han producido importantes avances en el reconocimiento del habla y de los objetos, los sistemas actuales sólo pueden utilizarse en entornos bastante controlados cuando se requiere un alto grado de rendimiento.
La razón humana
No es necesario construir todo lo que es técnicamente posible. La razón humana podría decidir no desarrollar completamente esos robots, por su potencial daño a la sociedad. Si, dentro de muchas décadas, se superan los problemas técnicos mencionados para que se puedan construir robots complejos similares a los humanos, las regulaciones podrían seguir impidiendo el mal uso.
Alisar los bordes
En nuestro proyecto de investigación, SMOOTH, diseñamos robots que esperamos que funcionen en instituciones de cuidado de ancianos en 2022. Estos robots se utilizarán para resolver tareas repetitivas que impliquen la interacción entre humanos y robots, como transportar la ropa sucia y los residuos, ofrecer agua a las personas o guiarlas hasta la mesa del desayuno.
Ha sido necesario simplificar los robots, así como seleccionar cuidadosamente las tareas que realizan para garantizar que puedan ser productos comercialmente viables en un plazo de cuatro años.
Nuestro planteamiento no era resolver los tres primeros problemas de manos similares a las humanas, percepción táctil y control de la manipulación, sino evitar esos obstáculos robóticos.
Para abordar el cuarto problema de la interacción entre humanos y robots, elegimos tareas repetitivas para reducir la complejidad, ya que las interacciones previstas son -hasta cierto punto- predecibles.
Los robots son hoy una realidad en la industria y aparecerán en los espacios públicos con formas más complejas que los robots aspiradores. Pero en las próximas dos décadas, los robots no serán similares a los humanos, aunque puedan parecerlo. En cambio, seguirán siendo máquinas sofisticadas.
Así que puedes despreocuparte de cualquier temor a una sublevación de los robots en un futuro próximo.