Los celos y la envidia son emociones dolorosas que pueden ser difíciles de distinguir entre sí, dice el doctor Aaron Ben-Zeév, ex presidente de la Universidad de Haifa, profesor de filosofía y autor de En el nombre del amor.
Cuando uno tiene celos, teme perder el afecto o el favoritismo de un ser querido en favor de otra persona. Cuando tienes envidia, percibes que te llevas la peor parte.
Ben-Zeév ha descubierto que los amantes de personas no disponibles experimentan ambas emociones. Quieren más y no quieren perder lo que tienen. Esto los pone en riesgo de desarrollar celos mórbidos o extremos. Las sustancias químicas del amor se desbocan, mientras que los genes competidores y las convenciones sociales también pueden desencadenar celos extremos.
Celos mórbidos
Los celos con moderación son normales. Demuestra que nos preocupamos por la otra persona, como un cónyuge o pareja. Los celos mórbidos son patológicos. Es una emoción irracional que señala un trastorno psicopatológico, escriben los psiquiatras forenses Michael Kingham y Harvey Gordon en un número de 2004 de la revista Advances in Psychiatric Treatment.
Los celos mórbidos son señalados por pensamientos irracionales y obsesivos centrados en la posible infidelidad sexual de un amante o ex amante, junto con un comportamiento inaceptable o extremo. Sorprendentemente, se da con más frecuencia en personas mayores y en varones. La edad media de aparición es de 38 años. Los autores subrayan que los celos mórbidos son un síntoma, no un diagnóstico.
Químicos de los celos
La oxitocina ha sido llamada la hormona del amor, la hormona de la confianza y la hormona del abrazo. Estudios más recientes muestran que los efectos de esta hormona dependen del contexto. Cuando nuestras asociaciones son negativas, la hormona puede desencadenar la conmoción, según un estudio de 2009 publicado en Biological Psychiatry.
El equipo del estudio observó las respuestas de los participantes que jugaban un juego competitivo de alto nivel después de recibir oxitocina o un placebo. Descubrieron que los participantes con un alto nivel de oxitocina eran significativamente más envidiosos y resentidos que los controles. Los resultados indican que el hecho de que un determinado estado químico del cerebro desencadene el amor o la furia depende de cómo percibamos nuestra situación social.
Lo básico
- Entender los celos
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Diferencias de género
Numerosos estudios han demostrado que el engaño sexual desencadena los celos en los hombres, mientras que el engaño emocional hace hervir la sangre de las mujeres. La explicación evolutiva es que un hombre puede obstaculizar la propagación de sus genes si desperdicia los escasos recursos que tiene para mantener al hijo de otro hombre, mientras que una mujer puede verse perjudicada si pierde a su proveedor.
Sin embargo, la historia evolutiva es demasiado simplista, informan los psicólogos del Estado de Pensilvania Kenneth Levy y Kristen Kelly. Un subgrupo significativo de hombres reacciona con celos extremos si se enteran de una intimidad profunda entre un amante o ex amante y otro hombre. La historia evolutiva predominante no arroja luz sobre este fenómeno, afirma el equipo.
Celos y compromiso
Para llegar al fondo del misterio, Levy y Kelly compararon los estilos de apego y los tipos de celos en hombres y mujeres. Descubrieron que los participantes que se describían a sí mismos como autosuficientes o con fobia a la intimidad se sentían fuertemente engañados sexualmente pero no emocionalmente. Lo contrario ocurría con los individuos que se describían a sí mismos como necesitados de intimidad.
Las lecturas esenciales sobre los celos
La autosuficiencia compulsiva es un mecanismo de defensa que sirve de escudo contra el miedo profundamente arraigado, afirma el equipo. Los fóbicos a la intimidad admitirán sentimientos extremos cuando el contrato de relación haya sido violado abiertamente, pero no cuando la infracción no haya sido sexual. Las reacciones a este último escenario revelarían lo que intentan ocultar: Son vulnerables y tienen miedo.
Los celos como convención social
Los celos son una convención social al igual que la monogamia, afirma Christopher Ryan, psicólogo de Barcelona y coautor de Sexo al amanecer. La sociedad espera que seas celoso, y nosotros aceptamos a rajatabla las normas definidas por la sociedad. Incluso mientras hablamos, se alargan los cuellos de las niñas con anillos de latón en algunas partes de Tailandia y Birmania, se cortan los clítoris con cuchillas oxidadas y se cosen los labios en el norte de África.
Ryan añade que los celos también se alimentan del miedo creado socialmente -miedo a las dificultades económicas, a los estigmas sociales y a no tener un acceso fácil al sexo o a la intimidad. El autor sospecha que el engaño no sería más que un irritante menor si elimináramos estos desencadenantes.
Berit «Brit» Brogaard es autora de On Romantic Love.