Las causas de los calambres incluyen la hiperflexión, la hipoxia, la exposición a grandes cambios de temperatura, la deshidratación o el bajo nivel de sal en sangre. Los calambres musculares también pueden ser un síntoma o una complicación del embarazo; la enfermedad renal; la enfermedad tiroidea; la hipocalemia, la hipomagnesemia o la hipocalcemia (como condiciones); el síndrome de las piernas inquietas; las venas varicosas y la esclerosis múltiple.
Ya en 1965, los investigadores observaron que los calambres en las piernas y el síndrome de las piernas inquietas pueden ser el resultado de un exceso de insulina, a veces llamado hiperinsulinemia.
Calambres musculares esqueléticosEditar
En circunstancias normales, los músculos esqueléticos pueden ser controlados voluntariamente. Los músculos esqueléticos que sufren calambres con más frecuencia son los de las pantorrillas, los muslos y los arcos del pie, y a veces se les llama «caballo de Charley» o «corcho». Estos calambres se asocian a la actividad física extenuante y pueden ser intensamente dolorosos; sin embargo, pueden producirse incluso estando inactivos y relajados. Alrededor del 40% de las personas que experimentan calambres esqueléticos suelen sufrir un dolor muscular extremo, y pueden ser incapaces de utilizar toda la extremidad que contiene el grupo muscular «bloqueado». El músculo puede tardar hasta una semana en volver a un estado libre de dolor, dependiendo del nivel de condición física de la persona, la edad y varios otros factores.
Calambres nocturnos en las piernasEditar
Los calambres nocturnos en las piernas son contracciones musculares involuntarias que se producen en las pantorrillas, las plantas de los pies u otros músculos del cuerpo durante la noche o (menos comúnmente) mientras se descansa. La duración de los calambres nocturnos en las piernas es variable, pudiendo durar desde unos segundos hasta varios minutos. El dolor muscular puede permanecer después de que termine el calambre. Estos calambres son más frecuentes en las personas mayores. Ocurren con bastante frecuencia en adolescentes y en algunas personas mientras hacen ejercicio por la noche. Además de ser doloroso, un calambre nocturno en la pierna puede causar mucha angustia y ansiedad. La causa exacta de estos calambres no está clara. Los posibles factores que contribuyen a ellos son la deshidratación, los bajos niveles de ciertos minerales (magnesio, potasio, calcio y sodio, aunque las pruebas son contradictorias) y la reducción del flujo sanguíneo a través de los músculos que se produce cuando se está sentado o tumbado durante mucho tiempo. Los calambres nocturnos en las piernas (casi exclusivamente en las pantorrillas) se consideran «normales» durante las últimas etapas del embarazo. Sin embargo, su intensidad puede variar de leve a extremadamente dolorosa.
La acumulación de ácido láctico alrededor de los músculos puede desencadenar calambres; sin embargo, éstos se producen durante la respiración anaeróbica cuando una persona está haciendo ejercicio o participando en una actividad en la que los latidos del corazón aumentan. Las condiciones médicas asociadas a los calambres en las piernas son las enfermedades cardiovasculares, la hemodiálisis, la cirrosis, el embarazo y la estenosis del canal lumbar. Los diagnósticos diferenciales incluyen el síndrome de las piernas inquietas, la claudicación, la miositis y la neuropatía periférica. Todos ellos pueden diferenciarse mediante una anamnesis y una exploración física cuidadosas.
Estiramientos y masajes suaves, ejercer cierta presión sobre la pierna afectada caminando o estando de pie, o tomar un baño o una ducha caliente pueden ayudar a acabar con el calambre. Si el calambre está en el músculo de la pantorrilla, la dorsiflexión del pie estirará el músculo y proporcionará un alivio casi inmediato. Hay pruebas limitadas que apoyan el uso del magnesio, los bloqueadores de los canales de calcio, el carisoprodol y la vitamina B12.
La quinina ya no se recomienda para el tratamiento de los calambres nocturnos en las piernas debido a posibles reacciones de hipersensibilidad mortales y trombocitopenia. También pueden producirse arritmias, cinchonismo y síndrome urémico hemolítico a dosis más altas.
Calambres en los músculos lisosEditar
Las contracciones de los músculos lisos pueden ser sintomáticas de endometriosis u otros problemas de salud. Los calambres menstruales también pueden ocurrir durante un ciclo menstrual.
Calambres causados por tratamientosEditar
Varios medicamentos pueden causar calambres nocturnos en las piernas:
- Diuréticos, especialmente los que ahorran potasio
- Hierro sacarosa intravenoso
- Estrógenos conjugados
- Teriparatida
- Naproxeno
- Raloxifeno
- Agonistas beta adrenérgicos de acción prolongada (LABAs).agonistas adrenérgicos de acción prolongada (LABAs)
- Inhibidores de la hidroximetilglutaril-coenzima A reductasa (inhibidores de la HMG-CoA o estatinas)
Las estatinas pueden causar a veces mialgia y calambres entre otros posibles efectos secundarios. Raloxifeno (Evista) es un medicamento asociado con una alta incidencia de calambres en las piernas. Otros factores que aumentan la probabilidad de estos efectos secundarios son el ejercicio físico, la edad, el sexo femenino, los antecedentes de calambres y el hipotiroidismo. Hasta el 80% de los atletas que utilizan estatinas sufren efectos musculares adversos significativos, incluyendo calambres; la tasa parece ser de aproximadamente el 10-25% en una población típica que utiliza estatinas. En algunos casos, los efectos adversos desaparecen después de cambiar de estatina; sin embargo, no deben ignorarse si persisten, ya que, en raras ocasiones, pueden convertirse en problemas más graves. La administración de suplementos de coenzima Q10 puede ser útil para evitar algunos efectos adversos relacionados con las estatinas, pero actualmente no existen pruebas suficientes para demostrar su eficacia a la hora de evitar la miopatía o la mialgia.