Cuando se trata de crímenes reales, algunas personas encuentran fascinación dentro del género pero no necesariamente se involucran en él. Y luego hay otros que tienden a asumir el crimen como propio, convirtiéndose en ciudadanos detectives y tratando de encontrar las piezas de un rompecabezas a veces interminable. La difunta autora Michelle McNamara pertenecía a esta última categoría, y se sintió atraída por los crímenes del que en un principio fue conocido como el violador de la zona este y el acosador nocturno original. Su incansable investigación sobre esos atroces crímenes acabó convirtiéndose en el tema de su libro póstumo I’ll Be Gone In the Dark, que ahora ha sido adaptado en una nueva docuserie en la HBO.
La serie de seis episodios desglosa la «adicción» de la fallecida autora a la historia, buscando desesperadamente respuestas a lo que ocurrió con la persona que cometió múltiples robos, violó a más de 50 personas y asesinó a más de una docena entre 1976-1986. A partir de entrevistas con miembros de la familia, varias fuentes/conocidos con los que se mantuvo en la época de la investigación, y extractos de su libro (la estrella de The Office y Gone Baby Gone, Amy Ryan, narra pasajes a lo largo de la serie), la serie continúa su búsqueda de la verdadera identidad del culpable, que probablemente encontró una respuesta casi medio siglo después.
En los primeros minutos del primer episodio, se oye referirse al perpetrador por su nombre original EAR-ONS, una combinación de dos acrónimos diferentes:
- EAR-East Area Rapist
- ONS-Original Night Stalker
Desde los primeros informes, da la impresión de que las dos siglas se refieren a diferentes casos que aparentemente se solaparon. Según un informe de Rolling Stone, la AER fue responsable de las más de 50 violaciones en el norte de California, que la serie señala específicamente como la zona de Sacramento. En 2001, el estado estableció una base de datos que recogía el ADN de todos los delincuentes acusados o condenados. De este modo, se vinculó la OAR a un hombre que cometió una serie de asesinatos en el sur de California en la misma época, denominado ONS. A través de esta nueva forma de tecnología, los investigadores descubrieron que tanto el EAR como el ONS eran en realidad la misma persona.
¿Entonces cómo es que la gente está menos familiarizada con el EAR-ONS y lo conoce como el Asesino del Estado Dorado? Pues bien, hay que agradecer a McNamara el término, que acuñó en su reportaje de 2013 en Los Ángeles Magazine sobre su obsesión por el caso y para dar a conocer el caso.
«El Asesino del Estado Dorado tiene poco reconocimiento; ni siquiera tenía un nombre pegadizo hasta que yo acuñé uno», escribió. «Su captura era demasiado baja para detectar en la lista de prioridades de cualquier agencia de la ley.»
«Si este caso tan frío va a ser resuelto», continuó, «bien puede deberse al trabajo de ciudadanos detectives como yo (y un puñado de detectives de homicidios) que analizan y teorizan, con la esperanza de desenterrar esa pista que convierte todos los callejones sin salida en un rastro, el único detalle que nos pondrá cara a cara con el psicópata que ha ocupado tantas de nuestras horas de vigilia y nuestros sueños.»