¿Alguna vez has entrado en la cocina y no recuerdas por qué? O no puedes recordar el nombre de alguien mientras hablas con él? Puede que hayas faltado a una cita porque se te ha olvidado.
Este tipo de lapsos de memoria pueden ocurrir a cualquier edad, pero tendemos a alterarnos más por ellos a medida que envejecemos porque tememos que sólo sea cuesta abajo. Al igual que peino constantemente todas las áreas de mi salud, la salud cognitiva es cada vez más importante, especialmente a medida que envejezco. Además, parece sensato abordar esta área de la salud ahora, mientras tengo cuarenta años, en lugar de esperar hasta que me olvide por completo.
Antes se pensaba que el envejecimiento del cerebro y la pérdida de memoria ocurrían porque las neuronas morían o dejaban de funcionar. Los neurocientíficos creían que nacíamos con una determinada cantidad de neuronas y que a medida que envejecíamos y poco a poco se iban perdiendo de forma permanente.
Una nueva investigación demuestra que el neurotransmisor dopamina puede desencadenar la formación de nuevas neuronas en los cerebros adultos. De hecho, estas neuronas dopaminérgicas se trasladan directamente al cerebro asociado a la función cerebral superior y podrían ser la base de la sabiduría madura. Todavía hay esperanza!
Aunque podamos formar nuevas neuronas a lo largo de la vida, eso no significa que nuestros cerebros no cambien a medida que envejecemos. Con el paso de los años, el peso y el volumen del cerebro disminuyen.
Entre los veinte y los noventa años, el cerebro pierde entre el cinco y el diez por ciento de su peso. Pero la edad no es el único factor que contribuye al encogimiento del cerebro. Nuestro estilo de vida desempeña sin duda un papel importante. Según el estudio Framingham Offspring Cohort Study, las enfermedades crónicas, como la diabetes, y los malos hábitos, como el tabaquismo, aceleran el encogimiento del cerebro.
Otros malos hábitos también pueden provocar cambios en el cerebro. La mala alimentación y la falta de ejercicio pueden contribuir a las enfermedades cardiovasculares que reducen el flujo sanguíneo al cerebro. Un estilo de vida poco saludable, en general, puede aumentar nuestras posibilidades de desarrollar demencia, incluido el Alzheimer.
Entonces, ¿cómo podemos mantenernos agudos a medida que envejecemos? He aquí seis formas de ayudar a mejorar la función cerebral:
- Ejercite su cerebro. Los juegos de ingenio y ciertos rompecabezas y juegos de ingenio ayudan a crear nuevas asociaciones entre las diferentes partes del cerebro, lo que lo mantiene agudo. Otros ejercicios que suponen un reto para el cerebro son cosas como realizar actividades normales con la mano no dominante, como cepillarse los dientes o peinarse.
- Varía las actividades. La mayoría de nosotros ya somos físicamente activos, lo que es extremadamente importante para la salud del cerebro, pero considere la posibilidad de desafiar a su cuerpo -y a su cerebro- de diversas maneras de vez en cuando. Mezcle las rutinas de ejercicio, haga algo que no haya hecho en un tiempo, ya sea ir de excursión o lanzar una pelota. Esta variedad es tan saludable para su cerebro como para su cuerpo.
- Coma alimentos para el cerebro. Todos sabemos que una dieta buena y limpia mejorará todas las áreas de nuestra salud, pero hay muchos estudios y cada vez más pruebas de que ciertos alimentos frenan el deterioro mental. A la cabeza de la lista de alimentos que potencian el cerebro está cualquier alimento con alto contenido en ácidos grasos Omega 3, DHA y EPA, que se ha relacionado con un menor riesgo de demencia y una mejora de la concentración y la memoria. Y tú sólo tomabas tu aceite de pescado para que no te dolieran las articulaciones.
- Prueba cosas nuevas fuera del gimnasio. Empiece con un idioma, un instrumento, memorice poesía. Pedirle a tu cerebro que haga algunos trucos nuevos lo mantiene activo y capaz de aprender.
- Hazte voluntario. Las investigaciones demuestran que esto puede reducir los niveles de estrés y aumentar el funcionamiento mental. El voluntariado aumenta el bienestar y la salud general de una persona. No sólo se siente bien, sino que promueve la salud del cerebro al aumentar la autoestima.
- Socializar. Somos animales sociales y, según un estudio reciente publicado en el Journal of Health and Social Behavior, necesitamos una variedad de estímulos cerebrales, incluida la actividad social, para mantener nuestras mentes agudas. Esto es especialmente cierto en los últimos años de la vida, cuando el envejecimiento hace mella en la memoria y otros procesos neurológicos complejos. En el estudio, los adultos mayores que eran menos activos socialmente tenían limitaciones tanto cognitivas como físicas.
Mantener nuestros cuerpos en forma es un gran esfuerzo, pero si nuestras mentes no se mantienen agudas, ¿cómo vamos a disfrutar de los beneficios? Trabajamos duro para conseguir una calidad de vida duradera en todas las áreas de la salud, por lo que realizar algunos ejercicios de ingenio junto con las sentadillas nos beneficiará especialmente a largo plazo.