No es ningún secreto que el azúcar puede tener efectos devastadores en la salud cardíaca y en la cintura. Sin embargo, los estudios científicos también han podido aumentar las pruebas que apoyan la teoría de que los altos niveles de azúcar tienen efectos negativos en el cerebro de los niños, desde el bienestar psicológico hasta la función cognitiva.
Un estudio de investigación realizado en la Universidad del Sur de California encontró una inquietante conexión entre la memoria y las bebidas azucaradas. Estas bebidas refinadas contienen altos niveles de carbohidratos que, si se ingieren en grandes cantidades, pueden provocar alteraciones metabólicas. El estudio también encontró que el aumento de la ingesta de azúcar interfiere con la capacidad del cerebro para funcionar normalmente, o incluso recordar pequeños detalles sobre el entorno en el caso de que se consuma en grandes cantidades antes de la edad adulta.
Investigadores de la UCLA llevaron a cabo un estudio en 2012 en ratas y uno de los hallazgos significativos fue que el aumento de la ingesta de azúcar también ralentiza el cerebro, disminuyendo su velocidad. Descubrieron que las ratas que consumían demasiada fructosa tenían dañada la actividad sináptica cerebral. En pocas palabras, la comunicación entre las células cerebrales estaba deteriorada. El aumento de los niveles de azúcar tiende a incrementar la resistencia a la insulina, una hormona que es vital para el funcionamiento del cerebro a través del control del azúcar en la sangre.
Los niveles extremos de azúcar en los niños pueden causar interferencias con los neurotransmisores responsables de mantener el estado de ánimo estable. Esto suele provocar depresión y ansiedad en los niños. Además, los niveles elevados de azúcar pueden provocar la inflamación de las células de una zona del cerebro conocida como hipocampo. Esta zona desempeña un papel fundamental en la organización y el almacenamiento de los recuerdos, así como en la conexión de los sentidos y las emociones con esos recuerdos.
Aunque se trata de un tema todavía controvertido, el azúcar tiene un efecto adictivo tanto en los niños como en los adultos. Al igual que las drogas, el azúcar inunda el cerebro de dopamina, una sustancia química que produce sensación de bienestar, interfiriendo así en el funcionamiento normal del cerebro. Un estudio realizado en la Universidad de Yale descubrió que la simple visión de un batido activaba los mismos centros de recompensa del cerebro que la cocaína en los adictos. De hecho, otro estudio realizado en 2007 descubrió que los sujetos del estudio (ratas) preferían el agua azucarada a la cocaína.
Siguiendo con el tema de los niveles de azúcar, ¿cuánto es demasiado? Por lo general, un adulto medio consume unas 22 cucharaditas de azúcar añadido al día. En caso de que se lo pregunte, el azúcar añadido se refiere a los jarabes y azúcares que se añaden a las bebidas o a los alimentos después de ser procesados. En el caso de los niños, las cantidades de azúcares añadidos superiores a 4 cucharadas son poco saludables.