La historia del alfabeto cirílico
El alfabeto cirílico debe su nombre al misionero bizantino del siglo IX San Cirilo, quien, junto con su hermano Metodio, creó el primer alfabeto eslavo -el glagolítico- para traducir los textos religiosos griegos al eslavo. Sobre la base de este alfabeto se desarrolló el alfabeto cirílico en el Primer Imperio Búlgaro durante el siglo X d.C. por los seguidores de los hermanos, que fueron beatificados como santos.
Basado en la escritura ceremonial griega, el alfabeto cirílico original incluía las 24 letras del alfabeto griego y 19 letras para los sonidos específicos de la lengua eslava.
El alfabeto cirílico ha sufrido muchas reformas tanto en Rusia como en otros países. En Rusia, el primer reformador del cirílico fue el impresor y editor Ivan Fyodorov. Eliminó las letras Е y С y muchas formas de la letra О.
En la mayoría de las reformas disminuyó el número de letras y aumentó la simplicidad de su inscripción. Pero también ha ocurrido lo contrario: a finales del siglo XVIII el escritor e historiador ruso Nikolay Karamzin sugirió introducir la letra Ё. Las letras Э y Й se añadieron oficialmente al alfabeto en el siglo XVIII.
El alfabeto cirílico alcanzó su forma actual en 1708 durante el reinado de Pedro el Grande. Introdujo los caracteres en minúscula (antes de que todas las letras se escribieran con mayúsculas) y ordenó el uso de formas de letras occidentalizadas, lo que hizo que el cirílico moderno se asemejara a la fuente latina moderna.
La propia existencia del alfabeto cirílico en Rusia estuvo una vez amenazada. En 1919 se pensó en sustituirlo por el latino y armonizarlo con el alfabeto utilizado en los países occidentales. Esto podría haber facilitado el proceso de aprendizaje del ruso para algunos, pero no fue así y todavía podemos disfrutar de las obras maestras de la literatura rusa en su escritura original.
Hoy en día el cirílico es la tercera escritura oficial de la Unión Europea, tras el latín y el griego. Se utiliza en más de 50 lenguas diferentes, especialmente las de origen eslavo, principalmente en Rusia, Asia Central y Europa del Este.
En Rusia, la lengua eslava antigua, que utiliza el alfabeto cirílico, se ha utilizado históricamente para los servicios religiosos, y a veces se utiliza para estos fines en la actualidad. El alfabeto ruso moderno difiere de su antecesor dramáticamente, y sólo los expertos podrán decir cómo eran las letras del alfabeto cirílico original y leer eran textos que lo utilizaban.
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