8 Razones por las que a menudo tose después de comer

La tos es un síntoma común que le ocurre a todo el mundo sin importar que seas joven o mayor. Pero, ¿qué pasa si tose constantemente después de comer? Aquí están las 8 razones a continuación que le dicen que usted debe tomar nota!

1) Usted sufre de reflujo ácido

Todo el mundo experimenta el reflujo ácido de vez en cuando. Algunos son leves, mientras que otros pueden ser graves. Es el tipo de síntoma que puede ocurrirle a cualquier persona independientemente de su edad; incluso a los bebés. El reflujo ácido suele producirse cuando el ácido del estómago sube hasta el esófago, donde se puede experimentar una acidez en el pecho o un molesto sabor amargo en la boca. Hay dos tipos de condiciones típicamente asociados con el reflujo ácido incluyen:

GERD & LPR

Tanto GERD (enfermedad de reflujo gastroesofágico) y LPR (reflujo laringofaríngeo) se refiere a los síntomas que pertenecen a un tipo crónico de reflujo ácido. La única diferencia importante es que la LPR no presenta las mismas condiciones que la ERGE, como la acidez y los eructos. En cambio, la RPL suele implicar que el ácido del estómago pase por el esófago y llegue hasta la laringe (caja de voz). Una persona que sufre de LPR o comúnmente conocido como reflujo silencioso por lo general experimentará ronquera en su garganta, así como la tos constante durante o después de las comidas y una tendencia a aclarar la garganta.

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2) Comes demasiado rápido

Cuando engulles la comida a toda prisa como si no hubiera un mañana mejor, aumentarás la posibilidad de desarrollar reflujo ácido después de las comidas. Si usted es propenso al reflujo ácido, así como la tos después de comer una comida, trate de tomar las cosas con calma. No se apresure cuando consuma alimentos. A la larga, le hará un gran favor a su estómago y a su garganta.

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3) Le encantan las comidas grasas/fritas/grasas

Lo sabemos. Es difícil resistirse a las tentaciones del pollo frito, las patatas fritas o la hamburguesa con una jugosa hamburguesa de carne. Pero estos alimentos grasos son una de las principales causas del reflujo ácido que conduce a la tos crónica después de comer. Esto es especialmente evidente si desarrollas el mal hábito de consumir comida rápida de forma habitual. ¿Su mejor solución? Reducir el consumo de estos alimentos grasos o, mejor aún, dejar de comerlos por completo.

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4) Te encanta comer una gran comida de una sola vez

A veces, cuando vemos alimentos que nos gustan, la tentación aparece y no te importaría comerlos tanto como puedas. Pero comer en exceso o incluso consumir una gran comida de una sola vez puede desencadenar fácilmente la acidez estomacal o la tos crónica. Haz un hábito de comer comidas más pequeñas en su lugar.

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5) Te encanta acostarte después de comer

¿Tienes una inclinación por acostarte o dormir una siesta justo después de terminar tu comida? Este es uno de los hábitos desagradables que te hacen más daño que bien a tu estómago. Verás, cuando te acuestas en la cama o en el sofá, hace que el ácido de tu estómago se desplace fácilmente hacia tu esófago. Así que haz lo posible por no tumbarte inmediatamente después de comer. Deja pasar al menos 3 ó 4 horas antes de hacerlo. Esto es para asegurar que su estómago tiene mucho tiempo para digerir su comida correctamente.

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6) Está consumiendo/bebiendo demasiadas frutas/jugos ácidos

Se supone que las frutas enteras y los jugos son una opción saludable. Pero si usted tose con frecuencia después de comer, eso significa que hay ciertas frutas y zumos que debe reducir o evitar por completo. Esto es especialmente cierto con las frutas o zumos ácidos como la naranja, el limón, la lima y el pomelo. Otra fruta ácida que debe tener en cuenta es el tomate. No sólo la fruta entera en sí, sino también el zumo, así como la salsa de pasta que se suele encontrar en las recetas de boloñesa y albóndigas.

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7) Siempre bebes refrescos y/o bebidas alcohólicas

Llámalo refresco, gaseosa o bebida con gas. Cualquier bebida que contenga carbonatación no sólo hará que su estómago se hinche más rápido, sino que también tiende a añadir presión, lo que conduce al reflujo ácido. Ni siquiera importa que el refresco lleve las conocidas etiquetas de «cero calorías», «bajo en azúcar» o «de dieta» impresas. Lo mismo ocurre con las bebidas alcohólicas como la cerveza, el vino y los licores como el brandy, el whisky y el ron. Bebe con moderación y, si se trata de alcohol, haz lo posible por limitarte a una o dos copas.

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8) Bebes demasiada cafeína

En el acelerado mundo actual, la mayoría de nosotros necesitamos la cafeína más que nunca. Puede ayudarnos a mantenernos alerta y evitar la somnolencia, sobre todo cuando vamos contrarreloj o quemamos el aceite de medianoche. La cafeína se encuentra normalmente en el café, el té y otras bebidas con cafeína como el moca, el café con leche y el capuchino. Pero tiene un lado feo: la cafeína puede provocar síntomas de reflujo ácido de leves a graves. Puede desencadenar tu LPR, lo que provoca tos frecuente, náuseas e incluso vómitos. Si no soportas las bebidas con cafeína, prueba a cambiarlas por bebidas sin cafeína, como las infusiones de manzanilla, rooibos y jengibre.

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