7 personas describen cómo se siente realmente un ataque de asma

Sólo las personas que tienen asma comprenden plenamente lo traumática que puede ser esta enfermedad. Si alguien tiene asma, su sistema inmunitario reacciona de forma desproporcionada a ciertas sustancias como la caspa de las mascotas o el polen, aunque los desencadenantes específicos varían de una persona a otra. Estos desencadenantes provocan la inflamación, la constricción y la producción excesiva de mucosidad en las vías respiratorias de una persona, lo que puede dar lugar a síntomas como falta de aire, tos, dolor en el pecho y sibilancias (un silbido alarmante al respirar).

Para conocer la realidad de la vida con este problema de salud, hemos pedido a personas que han sufrido ataques de asma que nos expliquen exactamente cómo se sienten, además de lo que hacen cuando los síntomas del asma se agudizan.

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«Puedo sentir como si respirara a través de una pajita aplastada.»

Kate G. fue diagnosticada de asma tras una excursión al aire libre. «Empecé a respirar con dificultad a mitad de camino en la montaña mientras hacía senderismo durante una excursión escolar», cuenta Kate, cuyos principales desencadenantes son el esfuerzo físico, el humo, el moho, el polvo, el aire frío y la caspa de las mascotas, a SELF.

Durante un ataque de asma, dice, «se siente como si alguien o algo se sentara en mi pecho y constriñera mis pulmones de modo que sólo puedo respirar parcialmente. Puede parecer que estoy respirando a través de una pajita aplastada». A veces experimenta sensaciones de pánico, aturdimiento y dolor en el pecho.

Para obtener alivio, Kate utiliza un inhalador de acción rápida con medicación para abrir rápidamente sus vías respiratorias constreñidas. (Este tipo de medicación se denomina broncodilatador). «Si no estoy cerca de mi inhalador, lo cual es poco frecuente, salgo al exterior e intento respirar profunda y lentamente», dice. «Acostarse también ayuda».

«Siento como si alguien me exprimiera el aire»

Kay M. tuvo su primer ataque en casa, junto a un árbol de Navidad, dice. «Tengo una alergia a los árboles de hoja perenne, me enteré más tarde, y simplemente empecé a jadear por el aire», dice a SELF. «Empieza con una pequeña opresión en el pecho, y luego sigue como si alguien me exprimiera el aire».

Kay utiliza una medicación diaria de larga duración para mantener sus vías respiratorias dilatadas y prevenir los ataques, así como un inhalador de acción rápida cuando lo necesita.

«Trato de bostezar para que entre más aire, y mi pecho literalmente impide que se produzca el bostezo porque está muy tenso e inflamado»

Paige J. dice que sus desencadenantes incluyen la exposición al polen, al polvo y a animales como los gatos y los perros. «Puedo estar bien cerca de un perro o un gato durante minutos o incluso horas durante el día, pero más tarde esa noche me despertaré con un asma terrible y opresión en el pecho», dice a SELF. «Es importante que la familia y los amigos se den cuenta de esto, porque los que te rodean no siempre pueden ver tus síntomas y, por lo tanto, puede que no siempre los tomen en serio»

De hecho, Paige suele quedarse callada durante los ataques de asma. «Hablar puede parecer demasiado esfuerzo… Me absorbo al cien por cien en tratar de respirar, pero esto a menudo no parece gran cosa desde fuera», dice. Sin embargo, por dentro se enfrenta a la terrible sensación de que sus pulmones no funcionan. «Intento bostezar para que entre más aire, y mi pecho impide literalmente el bostezo porque está muy tenso e inflamado».

Paige dice que suele llevar consigo su inhalador de rescate, pero si por alguna razón no lo tiene, intenta tomar aire fresco, beber café o comer chocolate negro. (Existen algunas pruebas de que la cafeína puede actuar como broncodilatador, pero sólo debe utilizarla como método para tratar los síntomas del asma en determinadas situaciones si su médico la ha incluido en su plan de acción contra el asma.)

«Comienza con una tos que parece centrarse en mi garganta porque no llega aire a mis pulmones.»

Victoria B., cuyos desencadenantes incluyen el moho y una alergia alimentaria al pavo, dice que una tos a menudo desencadena sus ataques de asma. «Comienza con una tos que parece estar centrada en mi garganta porque no hay aire que llegue a mis pulmones», dice a SELF. «Poco después, la tos se detiene y empiezo a respirar con dificultad. Me cuesta respirar y me empieza a doler el pecho»

Si el ataque se prolonga, sus dedos y labios incluso empiezan a ponerse azules debido a la falta de oxígeno. «Es difícil no entrar en pánico», dice. «Es como si el poco aire que hay en la habitación fuera aspirado, y no puedo meterlo en mis pulmones. Es muy, muy aterrador».

Victoria dice que se alivia utilizando corticosteroides para controlar la inflamación de las vías respiratorias y que, en caso de ataque, utiliza un inhalador de rescate. «Si tengo un ataque y no dispongo de un inhalador de rescate, ingiero toda la cafeína posible para que actúe como broncodilatador», dice. «Por si fuera poco, guardo una botella de Mountain Dew en el coche, ya que tiene una gran cantidad de cafeína. Todas estas medidas de emergencia me funcionan bastante bien y han reducido los ataques en pocos minutos».

«Los ataques pueden ocurrir tan rápidamente y de la nada, que siento que realmente no controlo mi propio cuerpo».

Marisa Z. cuenta a SELF que su asma la desencadenan los animales domésticos, el polvo, las infecciones respiratorias y ciertos alimentos como el marisco.

«Se lo explico a la gente como si estuvieras respirando a través de la pajita de un agitador de café, y no pudieras respirar lo suficiente», dice. Los ataques también son mentalmente duros para ella. «Los ataques pueden ocurrir tan rápidamente y de la nada, que siento que realmente no tengo el control de mi propio cuerpo. No poder inhalar y exhalar de la forma en que mi cuerpo está diseñado es bastante aterrador», dice Marisa.

Para aliviarse, Marisa confía en un inhalador de rescate y también utiliza el método Butekyo, que es una técnica de respiración que se centra en reducir conscientemente la frecuencia respiratoria de una persona para evitar la hiperventilación. Para intentar evitar que los ataques se produzcan en primer lugar, toma medidas como el uso de mascarillas resistentes cuando realiza tareas domésticas que puedan levantar polvo u otras sustancias en el aire.

«No puedo hacer otra cosa que centrarme en hacer llegar el oxígeno a mis pulmones».

Los productos lácteos desencadenan la mayoría de los ataques de asma de Susan S., dice a SELF.

«Es como si me estuviera asfixiando», dice. «Tengo que concentrarme en la respiración y no puedo hablar. De hecho, no puedo hacer nada más que concentrarme en llevar oxígeno a mis pulmones. Imagina que te estás ahogando. No puedes respirar. Harías cualquier cosa por respirar»

Susan dice que no ha encontrado un inhalador que le funcione, por lo que está tratando de evitar los lácteos por completo por el momento.

«Es una sensación horrible e impotente, y aparece rápidamente»

Erin S. dice a SELF que desarrolló asma después de tener un caso grave de neumonía. Sus desencadenantes incluyen llorar o reírse demasiado (sí, las emociones fuertes pueden inducir ataques de asma), el polen, la mala calidad del aire y el humo del cigarrillo.

«He salido a correr antes, especialmente los días húmedos de primavera-verano, mi garganta de repente se siente como si se cerrara», dice. «Es una sensación horrible, de impotencia, y aparece rápidamente. Todo se detiene y comienzan las sibilancias cuando intento aspirar aire. Siento que todo mi cuerpo se esfuerza por conseguir oxígeno».

En esas situaciones, Erin dice que su inhalador de rescate le ayuda, además de tomar café negro. «son realmente aterradoras, y el asma no es ninguna broma», dice.

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